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lunes, 18 de enero de 2016

Star Wars Episode VII: The Force Awakens. Lost in Space II?


Aunque esta es una crítica a Star Wars Episodio VII, I, II y III, y de paso, de todos los episodios que puedan continuar a Episodio VII, en realidad está pensada para dejar constancia de una crítica más profunda: De cómo evolucionó la sociedad para que no solo estemos contentos y sumisos con el gobierno o los poderes que toquen, democráticos o no, sino que estemos sumisos y contentos, desprovistos ya de cualquier atisbo de criterio como consumidores, para que aplaudamos a cualquier producto barato que nos vendan al precio que les dé la gana sin que el que lo haya producido le haya dedicado un mínimo esfuerzo, ganas personales y profesionalidad a su creación. Que será negocio, pero también es creación.

 

Antes de nada, añado aquí un video interesante, demasiado resumido para mi gusto y con mucho optimismo, dada su esperanza de resolución a un problema, desde mi punto de vista, ya imparable, si se continua Star Wars hacia adelante, al menos por esta trilogía:

https://www.youtube.com/watch?v=1jVU7JrnPMQ

 

Ahora voy con mi parte:

“En lugar de dedicarse a exprimir económicamente Star Wars con ideas originales, con una buena estructura argumental y con coherencia interpretativa y de guion, quienes actualmente manejan Star Wars han decidido invertir el mínimo esfuerzo creativo y el máximo esfuerzo en la difusión de humo, tal como caracteriza a cualquier negocio especulativo. El Star Wars actual se ha contaminado de esta época atolondradamente hiperconsumista con absoluta falta de un mínimo de sensatez y criterio más allá de las ganancias económicas inmediatas, con la venta de productos inútiles o sin ningún valor real, ni siquiera con respecto al entretenimiento. Pero ¿por qué pasa esto? Porque a inicios del siglo XXI, la mierda parece tener suficientes consumidores para hacer de ella algo muy rentable. La cuestión es; ¿hasta cuándo?”.

 

Sí, en el fondo no es más que entretenimiento, pero la calidad social de una civilización también se puede evaluar en base a cuánto esfuerzo presuponen los medios de producción masiva de entretenimiento que es necesario dedicar para llegar a entretener a la plebe, al respecto de la creación de historias con un mínimo sentido y un mínimo de originalidad y sorpresa bien estructurada y planeada. Y el caso es que, a este respecto, esto parece seguir siendo un circo romano, incluso fuera de los estadios de fútbol, y no un teatro griego. Aunque el fútbol sea ya una forma de control absoluto de toda la voluntad y la ilusión de sus fans por mejorar en su propia vida y en la sociedad en su conjunto, a nadie se le escapa que el cine (especialmente el de Hollywood, claro), colabora en ello también. 

    

Así que, ¿te sentó mal Star Wars Episodio VII y no sabes muy bien por qué? 

Intentaré plasmar la razón y formularé una hipótesis que podría explicar por qué alguien pensó que era muy buena idea no esforzarse en absoluto en esta nueva entrega. Voy a dar una pista: Mucha mente simple con dinero suficiente, añadido a muy pocas ganas de trabajar, más un director con mucho ego pero sin valentía y con escasas ideas propias, fan de la saga, con pocas luces, bajos niveles de imaginación y originalidad, hecho demostrado en anteriores trabajos (ver, o mejor, no ver, Perdidos), más ganas de ahorrar el máximo tiempo y dinero en el trabajo y con la costumbre de que sus espectadores trabajen por él, (sí, estoy diciendo bien, sus propios espectadores serán quienes creen la historia real).

Antes de comenzar mi crítica resumiré las instrucciones de cómo tomarse este escrito:

 

1)      Pondré en negrita muy pocos ejemplos concretos del episodio VII que demuestran las malas praxis que hacen del episodio, un desastre monumental.

2)      Si crees que esto no es una crítica, cámbiale el nombre. Si crees que toda crítica debe ser absolutamente objetiva, es bueno recordarte que todo pensamiento humano, tal vez con la excepción de una expresión matemática, tiene siempre cierto nivel de subjetividad, incluidas las más fundamentadas teorías físicas.

3)      Si crees que al no haber objetividad absoluta por definición en ninguna crítica, estas nunca podrán estar bien sustentadas con argumentos, entonces sigue deambulando por el mundo sin pensamiento crítico. Disney, las religiones, muchos partidos políticos y muchas otras compañías te lo agradecerán de todo corazón. 

4)      ATENCIÓN: Contiene spoilers de casi todos los episodios de Star Wars hasta 2015.

5)      Si después de leer todo lo que viene a continuación, el lector/la lectora se dice a sí mismo/a "Para mí esos problemas que aquí se presentan sólo serán posibles de criticar tras ver un todo", y si ese todo es más que los episodios IV V, VI y VII, entonces te diría que Episodio VII es una película en sí misma que, por lo tanto debería atraer al público ofreciéndole consistencia, un guion mínimamente decente, una historia mínimamente desarrollada y argumento propios, no copiados, no tiene por qué relacionarse explícitamente con el Episodio VI porque es una nueva trilogía de un evento: “La Guerra de las Galaxias”, siempre que se realice, claro, sabiendo que Episodio VI sucedió (con todo lo que ello implique), por lo que no pueden aparecer contradicciones o inconsistencias de argumento, o deberían minimizarse al máximo. Y sí, puede presentar cosas clave para ser descubiertas por el espectador más tarde, pero la película no debería convertirse en buena por la VIII (ojo, ni siquiera porque esta vaya a resultar todavía peor).

Pues la tomadura de pelo de Star Wars Episodio VII es solo mayor si me intentan convencer de que, para hacer la crítica, hay que pagar unos 12 euros más y esperar al 2020 para estar 5 horas más delante de una sala con los dedos cruzados para que no nos siente peor las secuelas...

6)      Obviamente no me gustó Star Wars Episodio VII. Pero no por capricho. No voy a decir que Star Wars IV, V y VI son muy buenas películas, pero sí son buenas películas de puro entretenimiento producto de una mezcla novedosa para la época de western, fantasía espiritual-religiosa tecnología futurista y samuráis en pro de una justicia galáctica en una galaxia dominada por unos nuevos nazis. Los tres episodios tienen una estructura continuista con una lógica confiable, tras asumir los perceptos por los cuales se define su universo. La spaceopera “El Imperio Contraataca” es además destacable por el romanticismo que la envuelve, y la situación de constante pérdida de esperanza que ofrece desde el primer minuto al último, contrastando con la infantil “Una nueva esperanza”. Y del Retorno del Jedi, decir que tenía que pasar. Y sabiendo que tenía que pasar (los ewoks no molestan tanto como los defensores del pato Donald J.J. Binks nos dicen) es un final fan-service de las dos anteriores, pero adecuado y elegante, al mismo tiempo. Aunque sí, algo de copia de “Una nueva Esperanza” hay, en el episodio. Pero la trama no trata de una nueva Estrella de la muerte, a lo que atiende el espectador es a la resolución familiar del problema que se fue planteando en “El Imperio contraataca. El episodio VII “El despertar de la fuerza” es, sin embargo, un claro fraude, incluso para quien sospechaba que muy probablemente lo iba a ser, y existen argumentos de sobra para sostener esta idea.

Al intentar contentar a antiguos fans y a posible nuevo público prejuzgando lo que querían unos y otros, han conseguido crear una de las más grandiosas aberraciones de la historia cinematográfica (por el momento). Voy a intentar convenceros de que Star Wars Episodio VII es un producto sin un ápice de esfuerzo creativo que aprovecha la marca Star Wars para crear un interés inicial al espectador, en general, muy superior al interés que le queda tan solo tras los primeros minutos de película. Por ello, esto solo está dirigido a personas que hayan visto al menos Episodio IV, V, VI y VII.

7)      Comenzaré con una introducción previa a la crítica para explicar, bajo mi punto de vista, las causas por las que el proyecto Episodio VII resultó en lo que fue. Para ello tendré que hablar previamente un poco de los anteriores episodios. Esta parte es la precrítica y es una hipótesis no probada y por lo tanto, puede ser absolutamente descabellada.

 

Lo siguiente, la crítica en sí, no la asumo como descabellada en absoluto.

 

Espero que, con esto, quienes no pudieron disfrutar de los episodios de Star Wars I, II, III y VII, disfruten al menos de su respectiva crítica desordenada que he plasmado aquí. Siento el desorden que encontraréis, y al mismo tiempo espero que lo entendáis, al daros cuenta de que no hay forma humana de ordenar una crítica de algo que no tiene ningún sustento, solo económico, paradójicamente..., al menos por el momento...

 

Datos sacados de Fimaffinity (https://www.filmaffinity.com/es/main.html):

 

 

Star Wars. Episodio   IV:  Una nueva esperanza 7,9

Star Wars. Episodio    V:  El imperio contraataca 8,1

Star Wars. Episodio   VI:  El retorno del Jedi 7,9

Star Wars. Episodio     I:  La amenaza fantasma 6,2

Star Wars. Episodio    II:  El ataque de los clones 6,3

Star Wars. Episodio   III:  La venganza de los Sith 7,1

Star Wars. Episodio VII:  El despertar de la Fuerza 7,2 .... 7,1 ... 7,0 ... 6,9 ... 6,8 ... 6,7 (2023) ...

 

 

Pues sí, concuerdo bastante con el orden de la calidad entre películas de la saga aquí expuesto, pero a la VII la calificaría con un 4,7 para dejar claro que NECESITA VOLVERSE A HACER OTRA COSA MUY DISTINTA, es decir, que está suspensa sin paliativos por vagancia evidente de Abrams, de Disney o de ambos. Para mí, Episodio VII es muy resumidamente una muy mala copia de episodio IV por pretender hacerla con personajes nuevos que continúan a los de la IV, forzándose a presentar a los personajes de la IV al mismo tiempo y en un ambiente muy parecido al que nos presentaba episodio IV, el cual no podría ser bien explicado en el tiempo en el que se intenta explicar en la película debido a que el Universo del episodio VI había quedado aparentemente con un trasfondo demasiado alejado al de la IV. Había que explicar demasiadas cosas, ¿cómo volvemos en 30 años a la misma situación que nos encontrábamos en el episodio IV pero con una República establecida y aparentemente poderosa, pero que al mismo tiempo se ve que no lo es tanto? Es decir, la situación de la galaxia que nos intenta vender Abrams es muy difícil de entender que pudiese suceder. O el nuevo Imperio es fuerte o la República es fuerte, y si sucede una cosa intermedia, debería explicarla con mucho detenimiento para que el espectador pueda identificarse un poco con la situación. No está mal que se describa una situación extraña, y de hecho eso es muy realista respecto a la situación sociopolítica que se puede vivir en nuestra propia sociedad actualmente. Pero en una película de fantasía, si no explicas esa situación (y no puede ser de forma declarada en las letras del inicio sino implícitamente en la historia) los espectadores no cabeza-cubos nunca se identificarán absolutamente con nada de esa galaxia. Pero no, Abrams es un cabezahueca un poco más inteligente que sus espectadores: “Da igual, ya ellos mismos crearán sus teorías para sustentar la historia que no estoy explicando y me defenderán de cualquier crítico con un mínimo de criterio que pretenda destrozar mi obra. Yo solo me tengo que dedicar a integrar personajes que presumo que contentarán a todas las generaciones actuales y poner una sonrisa de loco fanático para tener éxito con esta cagada monumental. Lo conseguí en Perdidos, así que es posible”.

 

Pues eso, lo que decía, una copia, además, con un guion que sería absolutamente intrascendente si no fuese por lo horripilante que resultó, con una serie de desventuras desestructuradas seguidas y sin pausa guiadas por las más puras conveniencias de guion más desquiciantes de la historia de Star Wars, pero sin ninguna clase de rumbo excepto cuando vuelven a la copia del original, pero claro, ahí es copia.

 

Pero empecemos:

 

¿Por qué las historias reflejadas dentro de muchos videojuegos superan en calidad con mucho a las películas basadas en ellos? Un enigma de finales de siglo XX y de inicios del siglo XXI. ¿Evolución, tal vez?

¿Por qué el simple y aséptico cuento de cenicienta de "El destino de Júpiter” es más agradable de ver, llama más la atención, confunde menos (que ya es decir), es más original, y entretiene más que una película de “Star Wars” de última generación?, ¿qué ha pasado para que una película de "Tomb Raider" tenga más cuerpo que la última de "Indiana Jones" (4)?

¿Dónde están quienes trabajan bien en las series? 

A esto último le encontré respuesta: pues en las series, obviamente. Huyendo de la vergüenza de trabajar esclavizado a las órdenes de productoras que han perdido la cabeza crítica con lo creativo. Porque pensar en rentabilidad no tiene por qué requerir olvidarse absolutamente del criterio crítico de la creación.

De la película "Prometheus", de "Wing Commander" (tremendo pufo), de "X-men 3", de "Parque Jurásico III" de "Indiana Jones 4" de "Spiderman 3" de Sam Raimi) y de otras docenas de películas de ciencia ficción-aventuras-fantasía, ya no voy a comentar nada. Pero el que "en el siglo XXI siempre habrá negocio eches lo que le eches al público siempre que venga bien empaquetado" llegase a Star Wars, ya me mosqueó un poco tirando a bastante durante los Episodios I, II y III, y ahora ya me turba con el mareo de: "y ahora vas y lo arreglas", del episodio VII, hasta el punto de considerar no dejarme seducir por la siguiente cita de Abrams o del director que le suceda. Creíamos que el problema era de George Lucas que ya se había abandonado, como otros muchos directores que vieron que el esfuerzo ya no era un requisito para llevar una película al éxito. Pero subestimamos la cabeza loca del cocreador de "Perdidos" que ya estaba perdido desde hacía tiempo y que era capaz de perderse intencionadamente, perder a los actores y perder al público, incluso, pese a, o precisamente por haber elegido un argumento ya filmado anteriormente. Da la sensación de que decidió hacer esta adaptación-continuación porque él mismo tenía miedo de la perdición absoluta que podría suponer que decidiese crear algo original...

Aunque puede que haya sido un miedo absurdo, pues la segunda opción podría haber salvado a Star Wars de la puñalada que le asestó... Porque con episodio VII, Abrams convirtió a Star Wars , (las películas de la saga central), no ya en una saga de fantasía barata en cuanto a ideas y profesionalidad creativa, sino en un producto paupérrimo. Y siempre puede haber razones lógicas que puedan explicar cómo unos productos acaban siendo un fracaso, pero lo realmente alucinante de este caso es que las condiciones con las que trabajaba Disney eran las mejores condiciones posibles para crear una trilogía sorprendente, interesante y bien estructurada con infinitas posibilidades de partir de héroes o antihéroes de cualquier clase y en cualquier punto de una galaxia entera. No había en absoluto ninguna obligación de rescatar a los personajes de episodio VI, y mucho menos con el único propósito de mostrar que no pintan nada en el nuevo futuro que se dibuja, porque le toca el turno a otros personajes, que es lo que, de una forma un poco indecisa, intenta transmitirnos Episodio VII.

El quid de la cuestión está plasmado en la expresión "remake-continuación". Una copia que a su vez es la continuación de lo copiado, con muy poco tiempo para explicar cosas que de todos modos se intentan explicar (sí, es tan surrealista como lo de la indemnización en diferido de Cospedal a Bárcenas), y claro, dio resultados similares respecto a las reacciones argumentadas de los espectadores críticos con tales alardes de vagancia y desidia creativa). Y, sin embargo, tuvo buenos resultados de negocio al tener público asegurado. Aunque es un negocio muy arriesgado, si se quiere prolongar, esperando que ese mismo público continúe siendo fiel a la saga, arriesgándose a ser de nuevo engañado.

Pero, antes de nada, dejadme decir que este tráiler de Episodio VII prometía: https://www.youtube.com/watch?v=gDpucnEnViY, lo cual contrasta con la opinión que tengo de la película a la que se refiere. Desastre que se empezaba a oler con la aparición de otros tráilers de la misma, y que remarcaban el hecho de que en ese episodio, la gente podría ver de nuevo al Halcón Milenario, a Han, a Leia, a Luke, a C3PO y a R2D2 como si el asunto se tratara únicamente de una cumplir con una lista de la compra de alimentos caducados y fuera de lugar, ya. 

 

Recordemos primero, que, a mi modo de ver, Star Wars son una serie de películas de acción y aventuras situadas en un ambiente de fantasía, pero en el mismo Universo en el que estamos "Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana...", de un modo similar a lo que ocurre con el "Señor de los Anillos"[1]. Por lo que, en realidad, yo diría, que, por su propia descripción, Star Wars no tiene ninguna conexión con la realidad. Como dije en un capítulo previo, sería imposible catalogarla como ciencia ficción dado que no es científicamente plausible que en este mismo Universo puedan existir humanoides exactamente iguales a humanos que no hayan seguido la rama evolutiva del ser humano de la Tierra o que el sonido en el espacio pueda propagarse en otro tiempo y en otra “galaxia muy lejana”. Sea como sea, lo pueda parecer o no, las críticas aquí expuestas no van a centrarse en si eso es físicamente posible o no en este Universo[2], si lo otro es probable o es inverosímil etc. porque si en esto estamos, tendríamos que preguntarnos, por ejemplo, cómo el Halcón se posa (con gravedad) dentro de Grendel en un asteroide, en una de las películas de fantasía originales, no basadas en un libro ni cómic, mejor elaboradas de todos los tiempos: El Imperio Contraataca, y cosas por el estilo. Pero una cosa es inventarse un ambiente y luego explicar una historia con ese ambiente, y otra muy distinta es ir cambiando los perceptos claramente estipulados de ese ambiente ficticio ya establecido como yo lo valgo para que lo que me he sacado de la manga pueda tener cabida. Porque el mero hecho de que una historia sea fantasía no la inmuniza contra críticas en su integridad. Y Abrams parece creer que sí...

 

Algo que saldrá aquí muy a menudo será lo de, ¿en un planeta puede suceder tal cosa? Vale, pero entonces dado A, en consecuencia, B también, por lógica. Si A sucede y Gamma también, pero B no, lo interpretaré como: “entonces estamos en un todo vale a gran escala y al mismo tiempo”. E independientemente de que eso sea asumible por un postdoc en física en extremas circunstancias, lo veré como lo que es: desidia. Pues no todo lo que vale en física es interesante en una historia.

 

- No, es que resulta que todo el oxígeno de la sala se pudo haber acumulado en una esquina, y por eso murió de asfixia.

- ¿Se acumuló en una esquina?

- Sí, la física nos dice que la probabilidad de que eso ocurra es cercana a cero, pero nunca cero absoluto.

- Ya. Lo que pasa es que el director es un negado y se le olvidó el asesino. Apaga la tele, venga. Que no estoy para cuentos...

 

Bueno, como película inicial de una trilogía que se declara continuación directa (mismos personajes) de la última de la anterior trilogía, es importante tener en cuenta que episodio VII tiene que ser juzgado como una pieza que debe encajar con la anterior trilogía (no por nada, sino porque lo declara ella misma), con las siguientes películas de la trilogía que inicia, y con el contexto que cada uno de los episodios creó. Cabe destacar el hecho de que al ser la primera película de la continuación abierta de una saga, este episodio es una pieza clave que puede determinar la ruina del argumento que le continuará, por lo que el director tiene una responsabilidad con la historia que continúa, y su legado, es decir, su propio producto y todo lo que le pueda continuar. Si eligiese construir la historia muchísimo más adelante en el tiempo o muy lejos en el espacio de lo ocurrido en episodio VI, no tendría que estar tan atento a la historia que precede al episodio, pero este cenutrio de Abrams eligió conectar con este directamente y ser al mismo tiempo absolutamente irrespetuoso con él.

Al abrir una nueva trilogía, se puede, y de hecho, se deben abrir interrogantes misteriosos y atractivos para ser resueltos en los siguientes episodios de la trilogía, pero eso no quiere decir que sea una buena idea generar dudas y cuestiones sin pausa, y dejar que todo el peso de las respuestas a las preguntas que se agolpan durante la escasa hora y media del episodio VII se desplace hacia adelante como diciendo, (que muchos fanáticos de la incoherencia lo dicen en su defensa), que la VII no es mala: “Sí, es un desbarajuste de interrogantes inabordables y constantes, pero las distintas explicaciones al respecto ya se abordarán en los siguientes episodios de forma absolutamente satisfactoria”. Esto es absurdo, y solo determina que el episodio es malísimo y punto. Así que el efecto será que el espectador no sentirá en ningún momento que ni la historia, ni el guion, ni los personajes, y, por lo tanto, ni los interrogantes son interesantes.

 

A mi modo de ver, Star Wars episodio VII es una chapuza argumental, de guion, llena de nuevos personajes vacíos, sin historia, ni personalidad, ni rumbo (en ningún momento), y de personajes antiguos vaciados intencionadamente intentando disimular que los nuevos se han construido vacíos de personalidad e historia personal y no tienen ni desarrollo o su desarrollo es de lo más antinatural y caótico. También es una chapuza argumental de ritmo, de actuación, de credibilidad (porque la credibilidad no es solo posible, sino que es indispensable hasta en películas de fantasía) y de conexión estructural intra e inter episodio. Y lo interesante de episodio VII, respecto a cualquier otra chapuza de Hollywood, es que en esta película se puede ver claramente como cada error fue llevando al otro, provocando una reacción en cadena. 

 

 

Personajes vacíos de personalidad y desarrollo con el propósito de que se conviertan en relevantes en minutos.

 

Todos los nuevos personajes cumplen este criterio, pero pondré solamente el ejemplo de Finn. Que como su nombre indica, con él, debería ya terminar el episodio, aunque antes de su aparición ya se veía que la aventura no iba a ningún lado.

 

Si contemplamos a Finn, este es un cabezacubo imperial que despierta un día diciéndose “- Espera, estamos matando civiles sin sentido alguno”. En serio, un día se despierta y sus neuronas se conectan por efecto cuántico de un modo que le hace razonar, que ya está, ya tiene que dejar su trabajo porque es inadmisible bajo el punto de vista de la moral que desarrolló durante la fase REM de aquella noche. Voy a repetir esto muchas veces; seguramente hay personas que son así, pero no por existir este tipo de impersonalidades incongruentes cabezacubos, (nunca mejor dicho), estas son interesantes para integrarlas en una historia y mucho menos como personajes principales. En serio, a nadie menos atolondrado que el propio Finn, le interesa ver en una película, aventuras y decisiones de personajes esporádicas y sin ningún tipo de razón, excepto si el clon de turno cambia esporádicamente su comportamiento porque un chip insertado en su córtex le controla totalmente en el mismo momento en que el emperador lo ve oportuno. Si no es por conveniencia de guion de último momento, esto puede ser hasta interesante (cosa que pasó en la “Venganza de los Sith”). Volviendo a la historia de Finn, aunque aún no tenía nombre; el Kylo Ren tan poderoso en la fuerza cuando le place, ve al chico dubitativo y se mosquea, pero lo deja vivir. “- No lo voy a matar ahora o Abrams se queda sin película” debió pensar (la película está llena de cosas de este estilo. Seguramente en la mayoría de películas de aventuras se pueden hallar conveniencias de guion de cierto nivel de gravedad. Pero Episodio VII está repleta de conveniencias de guion de vómito que se suceden sin pausa como si cumpliesen la función de evitar que el espectador tenga tiempo suficiente de ser completamente consciente de la basura que le están haciendo tragar incesantemente.

Pues bien, de la noche a la mañana, Finn rescata a alguien de la resistencia, de la rebelión o de la República, ¿qué más dará si ni el propio director muestra tener claro la estructura política que reina en la Galaxia?, y se pone a enfrentarse a sus antiguos (de hace 2 minutos) colegas del Imperio, como si los hubiese odiado personalmente a muerte desde que nació. Pero es que después se da cuenta de que no sabe qué hacer en el mundo y decide huir. Poco después se dice a sí mismo: “- Voy a odiar a muerte a ese cabeza cubo (uno cualquiera que andaba por ahí, pero que reconoció de algo, usando la fuerza supongo, porque tenía casco, y os digo yo que por la apariencia no iba a reconocerlo). También voy a enamorarme de Rey, para rescatarla, por lo que me meteré de lleno en el fregao junto a Han”.

 

A ver, yo no digo que estos cambios de decisiones no puedan ocurrir. Pero son cambios de decisiones muy mal explicados, a todo correr, y peor implementados, con constantes vueltas en pocas horas en un personaje que no tiene una historia todavía, o sea, unos cambios de decisiones constantes en un simple mequetrefe, para lo que implica el desarrollo de una película. Tan mequetrefe como Rey. Y de eso Abrams se da cuenta, por lo que les dota mágicamente de habilidades extraordinarias de las que hasta ellos mismos se sorprenden. ¿Puede ocurrir? Admitamos por un momento que todo puede ocurrir, ¿es interesante? ¿despierta la curiosidad? Definitivamente: NO. Un personaje nuevo que va a ser relevante por ser el personaje principal de una saga de aventuras debe ser introducido ante el público sin prisas, o al menos con conocimiento de causa de su historia personal y de sus intenciones de futuro o de sus intenciones de presente. Quiero decir, el espectador debe tener la impresión, desde el primer momento, que el personaje está bien caracterizado y que el director sabe de dónde viene, quién es, a dónde va a ir, y sus posibilidades. Algo que haga que el espectador se interese mínimamente por ese personaje principal que aún no conoce. Si no, solo será un mequetrefe que no sabe lo que quiere, excepto comer mejor y jugar con naves de juguete. Luego podría cambiar de intereses, pero debe tener una caracterización inicial interesante, pues si no la tiene, el espectador jamás se podrá identificar con él. A menos, como ya dije, que ese mismo espectador sea como Finn, claro, alguien que no sabe qué quiere y que no distingue nada en su galaxia. Soy un aficionado en contar historias, pero hay cosas como estas que caen de cajón. Sí, hay Lazarillos de Tormes, pero las películas que tienen como personajes principales a Lazarillos de Tormes tratan de ellos, precisamente. Estos son el motivo de esas películas y no un medio para llevarlos a ser quienes salven la galaxia en una película de aventuras que no se vende como una película de comedia barata. Es más, hay películas o libros con personajes que se presentan aparentemente como insignificantes y que salvan el mundo, como ocurre en “El Señor de los Anillos” o en “El Hobbit”, pero es que el argumento principal de esas dos historias es ese mismo; de cómo lo insignificante puede hacer cambiar la historia. En episodio VII no hay ningún indicativo de que esa fuese la intención de Abrams. Abrams no quiere mostrar cómo la sociedad de una galaxia entera puede salvarse por una persona insignificante de un planeta insignificante y por un amigo que antes trabajaba para los nazis y que como ahora ya dejó sus labores con los genocidas, es nominado espontáneamente como un héroe con todos los honores. No, Abrams solo quería que no se notase excesivamente la copia que estaba realizando del guion de episodio IV, cambiando de sexo y disminuyendo todavía más la importancia de su particular nuevo Luke, que, carente de ambiciones, no se suicida solo por saber si mañana llueve. Pura y absoluta vagancia y burla añadida del director al creer que así podía hacer ver al espectador que se estaba esforzando en ser original en algo.

El hecho es que el ya ex cabezacubo imperial de Finn pasa en dos minutos a hacer cosas sin ton ni son al verse desbordado por la aparición esporádica de su moral. - Está bien -me diréis- puede ocurrir”. Y está muy bien que ocurra. Me explico. Que un soldado diga: - Paso. Esto es una puta locura”, está bien que ocurra, Pero el director le quiere dar un trasfondo y un papel en la película que no “puede” tener porque todavía no ha conseguido un mínimo de su nueva personalidad. Sin mostrarnos como es su personalidad original, Abrams nos quiere describir cómo es su nueva personalidad. ¿Cómo lo intenta?: Con una de las más aberrantes sobreactuaciones que he visto en el cine. Mostrándonos durante todo el tiempo a un soldado de asalto que se abruma constantemente por todo, tanto positivamente, para algunas cosas, como negativamente, para otras. ¿Os acordáis de los Furbies?, pues eso.  ¿Qué no tiene personalidad un cabezacubo? Pues si no la tiene, no la va a obtener en una hora de película, y si lo hace, y es un personaje principal, desde luego, para hacer interesante la historia, debe ser muy bien tratada y no debería mostrarse al cabezacubo como una gallina sin cabeza hasta que coge una espada luz por primera vez, y asombrándose a sí mismo cuando ve que sabe usarla. A Finn lo bautizaron a las tres de la tarde sin apellido y a las 12 de la noche estaba manejando una espada de luz, ¿cómo? Comiendo. Trágate la película, que estás aquí para esto, previo pago por supuesto.

 

- Pero es que no había tiempo para centrarse en estas cosas. La evolución de Finn es intragable porque no da tiempo a tratar el tema, Arnau.

-  Ah, bueno. Y entonces... Si no tienes tiempo para exponer tu historia…, ¿para qué leches elijes esa historia? ¿Eres tonto, acaso?

- No tanto como los espectadores que me darán dinero por verla y que defenderán su estructura y argumento creándose su propia película y leyendo los parches que se publicarán en cómics.

- Ah, bueno.

 

El primer paso que hay que dar para realizar una película es hacer concordar el tiempo de rodaje con lo que se quiere rodar para explicar lo que se quiere explicar. Por lo que el resultado solo nos dice una cosa, Abrams no quería explicar nada porque seguramente no tenía ni idea de lo que quería explicar”.

 

La historia de la chica es parecida. No viene de ningún sitio y no va a ningún sitio, pero es que, además, no tiene pretensiones, pese a que el director está empeñado en mostrarle un camino que el público no ve claro. ¿Cómo lo hace? De pronto es magnífica en la fuerza. Sí, es posible, pero, una vez más, ¿es interesante en una película de Star Wars que una doña nadie sea una maestra en el manejo de la espada de luz en cuestión de minutos sin ningún tipo de explicación? No lo es para alguien que quiera ver en una secuela de Star Wars algo más que un proceso de empoderamiento mágico de una chica con una horripilante fortuna inicial.  Además del daño que eso produce en la ya mal valorada meritocracia de personas que, pese a todo, consiguen cosas. Pues es peor el mensaje otorgado de; “Ni te esfuerces, eres la elegida, y te va a llover el poder porque lo vales por haber nacido”, que supongo que es lo que le decían a nuestra princesa Leonor cuando era niña antes de dormir.

 

En una película para niños, Muzzy dice que va a la sala de los relojes mientras va a esa sala. En una película para mayores de 15 años, Muzzy no tendría que ser explícito en eso. Bueno, en una película para mayores de 15 años, si aparece Muzzy es que estamos bien jodidos como sociedad.

Pero pasa que, con el tiempo del rodaje, Abrams se da cuenta de que hay algunas explicaciones que se hacen imprescindibles para concatenarlas con sus siguientes despropósitos, así que sí hay explicaciones en episodio VII, todas de forma explícita, (a lo Muzzy), y el misterio lo intentan plasmar simplemente no contando cosas imprescindibles para entender el episodio, y para que pueda interesar saber cómo continúa la historia en el VIII. Tal como se hizo el episodio VII, los espectadores no irán al VIII interesados acerca de la continuación de la trama, sino para entender la trama entera del episodio VII en sí misma. Kafkiano es decir poco. Ejemplo de lo explícito de explicaciones que no vienen al caso: ¿Que hay que saber la forma de cómo sabotear la tercera Estrella de la Muerte III? Finn declarará explícitamente que, como basurero que fue, conoce todos los entresijos necesarios para reventar la Estrella de la Muerte III. Todos los basureros de naves del nuevo Imperio reciben clases especiales sobre reventar instalaciones del Imperio, lógico. Por otro lado, la mujer de Ciudadanos naranjita con gafas de piloto de la segunda guerra mundial nos dice explícitamente que conoce la fuerza y que sabe algo de ella, pero que no es jedi. Es una explicación explícita, pero es que además lo es sobre algo que a nadie le importa un rábano, pero que Abrams le parece necesario para que el espectador no se extrañe de que la espada de luz de Luke estuviese en uno de sus baúles bien protegida y al mismo tiempo al alcance de cualquiera. Es que sí, dice que está bien custodiada, cuando solo se tiene que abrir el baúl para cogerla. ES UN GUION TAN ABSOLUTAMENTE INFUMABLE que no sé yo si en realidad, Abrams hizo la película para descojonarse del mayor número de personas. Ah, ¿que Star Wars episodio VII es una película para niños en dónde lo que se explica tiene que ser mostrado explícitamente desde el primer momento, en este caso con malas explicaciones? Pues entonces ahí habría otro problema, porque Star Wars nunca ha sido una serie de películas para niños. Es cierto que al final, el hecho de que Leia era hermana de Luke necesitó, claro, de una expresión explícita de algún personaje confirmándolo definitivamente, pero insinuaban una posible relación familiar mucho antes.

 

 

Personajes viajando sin rumbo como gallinas descabezadas a un destino que fija el director.

 

No comentaré mucho el hecho de que en esta película se nota demasiado (mucho más que en las anteriores, que ya es decir) que, en todo momento, cada personaje se encuentra con el que se tiene que encontrar por pura casualidad, independientemente de lo difícil que resulta eso en una galaxia, o que en todo momento siempre hay un personaje que sabe exactamente lo necesario para conseguir una meta que previamente nos habían dejado claro que el guion requería. En esta película no hay Deus ex machinas. Es la única película que conozco que consiste en un Deus ex machina en sí misma. Es como si Abrams hubiese escrito lo que tenía que pasar en modo “escenas de eventos” y rociara el guion con la suerte líquida de Harry Potter desde su inicio hasta su final, pero sin ningún atisbo de diversión que proporcionaba el asunto en la película de Harry Potter ni de declaración de intenciones de divertir con ello. Porque se lo toma en serio[3].

 

- ¡Ala!, ahora, que pase.

- Pero ¿cómo?

- Pues no sé. Haz que Han Solo sepa cómo atravesar un escudo sin desactivarlo y que el exsoldado renegado, que a nadie le importa, tiene que haber sido el que limpiaba los retretes de la única estructura de la Estrella de la Muerte III que, si se destroza, el planeta explota. Ah, y tiene que saber cómo se puede destrozar, también. Ya verás como ahora si le va a importar a los espectadores.

- Y tienen que encontrarse en medio de lo que es una galaxia de mediano tamaño.

- Sí, sí. Haz que se encuentren.

 

 

- ¿Y ahora a dónde van?

- A tal planeta.

- ¿Por qué?

- No por qué, sino para qué. Para llevarlos junto a una señora que parece una jedi pero que no lo es, y para que les diga lo que deben hacer.

- Pero Han no quería ayudarles.

- Pero ahora sí. Hace medio minuto cambió de opinión.

- ¿Y qué le hizo cambiar de opinión?

- No sé. Un problema neurológico de Han, quizá. O no sé. Piensa que Han también cambió de opinión en la IV.

- Por dinero. Era contrabandista con deudas. Era un cambiachauqetas por conveniencia económica.

- Bueno, pero ¿y después?

- No fue en minutos y fue por amor. Sigue sin ser un cambio de opinión sino una

  evolución de la personalidad de un personaje principal. Y esto es precisamente lo que le hace ser creíble en los episodios antiguos y una marioneta desechable y en este caso.

 

 

Todo esto conllevó a problemas de actuación y en conjunto de credibilidad y de conexión estructural. En realidad, el cúmulo de errores fue superponiéndose consecutivamente hasta que aquello se convirtió en una parodia de Star Wars en un episodio de la trama troncal de Star Wars, es decir, un absoluto despropósito. Parodiar Star Wars está bien, pero parodiarlo sin pretenderlo en Star Wars es una vuelta de tuerca con penosos resultados, y de esto hay muchos ejemplos a lo largo de toda la cinta como es la escena de sobreactuación fuera de lo común de Finn y sus morritos.

 

 

Sobreactuaciones como norma de entretenimiento (Finn y su forma de hacer morritos).

 

Al no tener contenido original, el director se vio en la obligación de distraer al espectador con chistes a lo Benny Hill intentando que no le sentara tan mal el hecho de que era una copia, pero ¿por qué a lo Benny Hill? Pues porque ni los nuevos actores eran muy talentosos, al menos, la mayoría de ellos y en el momento de hacer la película, ni les dejaban serlo a los antiguos para que no se notase la falta de talento de los primeros. Todo consistía en tratar de tapar las vergüenzas, solo que…, con otras.

Un ejemplo muy triste de esto es el de la escena en la que Han le dice a Finn que la chica no necesita su ayuda. Este lo hace con un gesto intentando hacerle ver que está ahí, detrás de él. Finn le responde con un “¿qué quieres decir con…?” (y hace el gesto de forma ridícula y con una sobreactuación del nivel de las peores películas de los 80). Toda la escena de la presentación “formal” entre Finn y la nueva jedi en el Halcón es un compendio de sobreactuaciones desbordadamente ridículas en una película de Star Wars que quería “acercarse” a los episodios IV, V y VI, y claro, se quemó en el intento.



[1]  Hay libros y cómics y videojuegos, pero estos aparecieron como anexos, no como parte troncal de la historia de Star Wars.

[2] A menos que sean contradictorias con la física propia que claramente nos presenta la saga, por ejemplo: que los organismos pueden quemarse perfectamente si hay atmósfera en el planeta dado, y esto lo digo en referencia a personas que están en un planeta que se engulle un sol entero como si pudiese entrar un sol en un planeta sin reventarlo. Si no hay una mínima estructura lógica con la que un humano pueda identificarse, al final, la película solo será un conjunto de cosas que pasan porque la nueva regla es que como es fantasía, puede pasar cualquier cosa. Y esto puede suceder, no digo que no, pero claramente, un espectador, (que va a ser humano), va a considerar que se decidió esa libertad total, (contraria a los perceptos de la saga) por simple conveniencia, que oculta la realidad: que no hay ideas mínimamente estructuradas.

[3] Tengo entendido que la arcada suprema de estos Deus ex maquinas fue expuesta en el siguiente episodio; Episodio VIII, y no sé yo si el director lo hizo con saña contra el atolondrado de Abrams.

 

 

Al no saber como hacer que el espectador se identificque con los personajes, Abrams solo vio la posibilidad de distarerle enfocando las escenas en mostrar sin parar las acciones de los personajes. Estos son pues, cáscaras vacías que van cambiando de decisiones y de habilidades desenfrenadamente para que se sucedan los eventos descritos en el episodio IV, lo cual es el guion de la VII. Cuando estos personajes desconocidos entre ellos y que se desconocen absoluitamente a sí mismo0s interaccionan con otros, la sobreactuación desborda por encima de las posibilidades de cualquier penosa comedia de los años 90.

 

 

Ritmo

 

La película es frenética justo cuando no se entiende qué lleva a que ocurran determinadas cosas (y no es por casualidad, sino porque no tiene sentido que ocurran, y porque no beneficia a nadie intentar exponer una explicación indirecta sobre lo que ni el director tiene idea de por qué ocurre). Pero el caso es que también hay pausas enormes cuando el director se da cuenta de que se necesitan explicaciones absolutamente explícitas y faltas de armonía y continuidad con la historia, porque no tiene tiempo, y tal vez tampoco capacidad para exponer explicaciones indirectas al espectador. Explicaciones que, por otro lado, no convencen a nadie. No hay siquiera una continuidad lógica en el ritmo de la propia película. Parece que la historia y/o el guion estén hechos improvisadamente con la única indicación de que sucedan las cosas narradas en el episodio IV. Aparentemente esto podría ayudar a despistar al espectador, de modo que no se diese cuenta de lo difícil que es encontrar un sentido a la idea presentada. Y sí, lo despista, pero porque se da cuenta de que efectivamente, si lo piensa un poco, llega a la conclusión de que nada de lo contado tiene el más mínimo sentido.

 

Gran parte del fiasco se debe a lo frenética que es la película, pero ¿por qué es tan frenética? Parece como si Abrams quisiera que llegase la escena de la lucha de las espadas de luz lo antes posible, esa en la que de repente, tanto Finn como la Reina se sorprenden al ver que son capaces de usar una espada de luz como si fuesen jedis, o la de la Estrella de la Muerte III disparando el sol ese. Y entonces va contando una historia a trompicones sin fijarse en lo que está contando y parándose a sí mismo, hasta aburrir, en una taberna con una no-jedi, pero con percepción Jedi que a nadie le interesa, solo porque él mismo está asustado con la velocidad que le está proporcionando a la película.

 

- Siempre había una cantina en los episodios originales, así que hay que poner una cantina

- Pero ¿qué van a hacer ahí?

- Eso es lo de menos. Que preguntas más ridículas hace la gente…

 

En otros Star Wars, las pausas permitían que te introdujeras en el nuevo ambiente o combinaban la pausa de Dagobah con la frenética persecución del Halcón Milenario jugando espléndidamente con los ritmos de la música. Es cierto que una cosa sucedía en unas pocas horas y la otra sucedía durante semanas o meses, y esto sería una crítica sobre la consistencia en el propio Episodio V a remarcar. Lo malo de los otros episodios también hay que reflejarlo. Pero es innegable que era hasta armonioso, como una ópera cinematográfica, y permitía al espectador estar cada vez más metido e intrigado sobre lo que le estaban contando. En la de Abrams, las pausas permiten que muchos espectadores tengan tiempo suficiente para poner cara de sapo y preguntarse a sí mismos cosas acerca de lo que no pudieron asimilar de lo que ya había sucedido, en plan: "- ¿¡Pero que me están contando!?" Si me decís que no os sentisteis así, aunque fuese muy en el fondo, dejadme prejuzgar que mentís descaradamente.  

 

 

 

Bien, ahora voy a intentar describir lo que considero que sucedió con este proyecto, explicando al mismo tiempo por qué el producto resultó como resultó, dejando implícitamente clara mi impresión acerca de la calidad del resultado con argumentos, si es que no lo está ya.

 

Y me voy a remontar un poco más al inicio de todo. Porque, como todo, esto viene de "hace mucho tiempo..." 

En lugar de tratar de continuar la saga iniciada por él, George Lucas se dedicó a cometer el error de mostrarnos las miserias que llevó a un niño angelical y luego enamorado, a decidir finalmente por una rabieta de preadolescente (porque al final así lo pareció), cambiar su juicio radicalmente en los escasos 3 segundos que llevaría a Mace Windu a acabar con el Senador Palpatine, para claudicar al lado oscuro en formato Darth Vader, por unas cuantas décadas hasta los 5 minutos antes de su muerte en el episodio VI. Todo el Universo en manos de una rabieta de un preadolescente y de un gungan tontoleaba. Puede que esto sea muy realista, no os confundáis. Creo que tenemos muchas pruebas de que nuestro propio mundo está en manos de la estupidez más asombrosa y no necesariamente únicamente de parte de sus dirigentes, sino especialmente de quienes los hacen aparecer y los apoyan incondicionalmente. Pero, aun así, es precisamente lo nunca esperable y/o deseable tras ver del episodio IV al VI para darle una razón histórica de "Wars" a las palabras "Star Wars". Al espectador de una saga no es que haya que darle lo que quiere, pero por encima de todo, jamás hay que darle lo que definitivamente NO quiere por convencimiento propio; carencia de estructura y sinsentidos constantes.

Además, estamos ante una fantasía, y esto se debería haber aprovechado para hacer de la evolución de la política, de la guerra y de la economía de la galaxia, asuntos determinados por fuerzas más elegantes y románticas que las de las decisiones esporádicas de un Homer Simpson rosa con aletas.  Porque al final es el Gungan quien proclama el poder de Palpatine en el Senado galáctico. Después de todo, Star Wars, con o sin intención, es una ópera cinematográfica, antes que nada. Buena o mala, que gusta o disgusta, pero ópera, al fin y al cabo. Aunque esto es muy personal. Pero bueno, a lo mejor a alguna persona le parece bien que se muestre en Star Wars que las razones por las que toda una civilización se puede ir al traste, pueden encontrarse en la estupidez de un solo energúmeno con falta de miras de presumida ridícula importancia en el Universo, del mismo modo que "El Señor de los Anillos" muestra que la solución a un desastre universal puede estar en manos de personajillos de una inicialmente dudosa trascendencia. De las hipótesis de que Jar Jar Binks podría ser un Sith de primer orden no voy a comentar nada. Así que a Jar Jar Binks no le toco más las orejas...

Pero a mi entender, la decisión de hacer esa primera trilogía en los primeros años del siglo XXI fue un error, sobre todo teniendo en buena forma a Mark Hamill, Harrison Ford y a Carrie Fisher y a los fans preparados para más de lo siguiente a Episodio VI. 

Y, de todos modos, una vez convencidos de que íbamos a ver en los primeros episodios que se iban a estrenar, lo que se nos narraba en "Una nueva Esperanza" de esas épicas guerras clon, fuimos testigos del penoso resultado; una simple pasada por encima, ya que se había invertido demasiado tiempo en una carrera de vainas de un niño, al menos bajo mi punto de vista. Y vale, puede que tenga que ver con las expectativas, pero por lógica, estas fueron en gran parte, responsabilidad del propio George Lucas, ya que fue él quien nos transmitió lo interesante que parecía que iba a ser el pasado todavía no contado de Star Wars.

A mi juicio, la historia de Darth Vader no tenía por qué iniciarse a tan temprana edad, o en todo caso, tendrían que haber seis episodios desde el -III hasta el III para tener tiempo suficiente como para hacer una historia con calma, con mayor profundidad y tal vez más divertida. Pero claro, no era posible poner un -III en la introducción. A mí me parece que hubiese sido mejor esa incongruencia que cómo quedaron las precuelas. “- Claro, pero entonces, cuando se pusieran con la VII ya estaría muerto hasta Mark Hamill.” -Diréis. “- Bueno, ¿y qué problema hay con dejar de lado la historia de Star Wars de episodios IV al VI y sorprendernos con algo nuevo, y no con una copia que se queda a medio camino del episodio IV en la que Harri y los suyos, ya en periodo de prejubilación, solo hacen la función premeditada y forzada de pasar la bengala a los personajes casi anónimos, aburridos e insulsos hasta la saciedad de Rey y Finn?” Por muy raro que parezca, Star Wars no resulta nada bien si la dirección tiene prisas por contar todo lo necesario para llevar a los personajes a dónde quiere en poco tiempo. Abrams se encontró con que tenía muy poco tiempo para decirle a los nuevos espectadores quiénes eran Han, Luke y Leia, al mismo tiempo que les tenía que decir que se olvidaran de ellos porque quienes eran relevantes serían aquellos que no tenían ni personalidad ni historia; Finn, Rey y el otro. Y lo resolvió sin hacer ni lo uno ni lo otro, sino solo pasando por encima. Los interrogantes, es decir; todo, ya se resolverían en la siguiente película. Lo cual no es más que especular tirando el balón de la responsabilidad de ser creativo en algo hacia adelante.

 

 

 

Episodio VII construido solo para ser la antítesis de los episodios I, II y III

 

El argumento central de la I, la II y la III no se sostiene dado que la historia de Anakin Skywalker, el personaje más relevante de la trilogía, sus reacciones, sus sentimientos y sus diálogos, no tienen sentido alguno en ninguna de ellas. Ni siquiera en un treceañero confundido. Lo que rodea a Anakin es, si cabe, más penoso en muchos casos, y solo se salva Obi Wan Kenobi (otros se salvaron por los pocos pelos que le quedaban y mejoraron como el vino en el húmedo Dagobah). Esto es así hasta el punto de que, si se considera que la trilogía está pensada para narrar la historia de Obi Wan Kenobi, uno se olvida un poco de todo lo demás y ésta mejora sustancialmente (también ayuda a ello la actuación de Ewan McGregor, por supuesto). El caso es que todo lo que rodea a Obi Wan se resume en aburrido, más aburrido cuánto más recuerda uno la diversión con más sentido de la trilogía original. Aunque eso sí, podría ser que fuese esa la intención de George Lucas; hacerla sobria y seria, más política que otra cosa. Una explicación de cómo llegó la Galaxia de ser una República a ese horrible Imperio. Algo que en la película de Abrams no ocurre, dado que presenta, sin explicación alguna, una galaxia en la que la República que venció al Imperio sigue siendo una rebelión frente al imperio. No es ninguna broma. Les pone nombres distintos para que no rechine demasiado, pero así es. El episodio de Abrams parece construido solamente para que sea la antítesis de lo que George Lucas había creado en las precuelas y eso dictaminó el desastre. Porque entonces, todo se ve absolutamente forzado, únicamente con el motivo de hacer lo contrario que había hecho Lucas desde el 99. Abrams no trabaja en Episodio VII para crear una historia, sino solo para oponerse a un método y para recuperar lo que él llama; el espíritu de la trilogía original. Eso no es crear, se mire por donde se mire.

 

Pero bueno, eso no se cumple en el caso del personaje secundario pero relevante en la I del gungan famoso… Porque admitámoslo, Abrams, respecto a Jar Jar Binks sí siguió los pasos de George Lucas diseñando su propio J.J. Binks en su héroe cabezacubo renegado.

 

Bien. Después de toda esta aventura muy mejorable, quedaron unos malos precedentes que la última hora de "La venganza de los Sith" no consiguió que se olvidaran. En mi opinión, en 1999 se podía usar a Luke, Leia, Han y Lando como protagonistas de una nueva trilogía. Los héroes aún no estarían en periodo de prejubilación, y si era necesario que cedieran la antorcha a unos nuevos pues tendrían tiempo suficiente para ello. ¿Por qué no? Pero con clama. Además, de este modo tiene todo el sentido continuar con ellos en una historia. Sin embargo, meterlos en una continuación solamente como un eje de conexión con una nueva generación de héroes y villanos, no aporta nada interesante.

 

Tal vez, alguien que hubiese estado implicado en la elaboración de dos historias con dos estrellas de la muerte y en una historia con droides portadores de mensajes con mapas clave para acabar con imperios, no volvería a repetir su propia película porque sería demasiado vergonzoso para él. No digo que fuese necesario volver a jugar con el personaje estrella de Star Wars, el aparentemente imperecedero e inmejorable icono de los westerns galácticos, y por ello tantas veces copiado en las historias de aventuras de ciencia ficción o de fantasía (véase Serenity: https://www.youtube.com/watch?v=JY3u7bB7dZk); el anterior Han Solo, (sí, el anterior). Pero si ven necesario hacerlo, el momento más tardío para ello era precisamente 1999. Pero tal cosa no pasó, se escogió la vía de los episodios I, II y III del niño diabólico y las plagas en Star Wars se sucedieron de una forma distinta pero tal vez con peores consecuencias.

Y es que esperaron mucho tiempo… Y una década después del episodio III, comenzaron con un error clásico: darle el papel de director del inicio de una nueva trilogía, continuación del episodio VI, a un fan de Star Wars no del todo contento con cómo George había contado la historia previa de Darth Vader, un fan que estuvo implicado en la creación de Perdidos “Lost”, una de las más mediocres series de mayor fama, más larga, menos interesante y más decepcionante para sus propios seguidores (por lo que tengo entendido), que solo es una continua ristra de misterios que se agolpan unos detrás de otros sin llegar a resolverse nunca. Y con un final de óscar al peor desenlace, si se le puede llamar desenlace a una cadena de preguntas que simplemente finaliza. ¿Os suena esto a la trilogía de Star Wars empezada por Abrams? Apuesto que no es casualidad. Antes de que comenzase, la saga de Star Wars estaba ya perdida.

El título de Lost explica cada uno de sus episodios, su final y el significado de la propia serie: Dinero sin el más mínimo esfuerzo creativo. Y es lo único bien elegido de la serie, porque lo demás no tiene mucha razón de ser. ¿Qué es lo que se puede hacer con un director que se pierde él mismo en su propia serie y que no sabe apañárselas para cerrarla si es que acaso lo pretendía? Pues cualquier experimento con una nueva forma de mostrar Star Trek, pero por supuesto, no dejarle tocar el futuro cronológico de una saga de Star Wars cuya precuela la toleró el público porque no cambia la estructura de la original y, por lo tanto, puede olvidarse o guardarse en el baúl de los recuerdos si sale mal.

Pero no, se puso a dirigir Star Wars Episodio VII. La franquicia de Star Wars ya estaba en manos de Disney con lo que la situación en la que se encontraban estaba clara: Habían gastado una fortuna que debían recuperar con creces y tenían toda la libertad para hacerlo, (ni siquiera tenían por qué darse prisa), por lo que podían dejar de lado cualquier asunto de Star Wars que no estuviera en películas ya filmadas por Lucasfilm. Esto ofrecería a Abrams libertad total para su creación, pero seguramente al final no fue así, dado que tendría mucha presión por serle rentable a Disney en el menor tiempo posible, y probablemente eso le llevó a la idea de intentar mantener a los fans de siempre y adquirir nuevos fans a toda costa. Los fans de siempre ya estaban ganados, porque la iban a ver sí o sí, pero no le llegaba con la seguridad que le propiciaba la marca Star Wars, por lo que tuvo la mala idea de hacer guiños a estos fans e, intentando mostrar que los tenía en cuenta, se olvidó de la historia que iba a contar. Todo esto se asentaba además sobre un mal precedente que no quería repetir (Episodios I, II y III) para continuar un futuro cronológico de la trama principal de la saga original de Star Wars, una saga muy entretenida a la que no le sobraban ni le faltaban demasiadas cosas, pese al tema de los ewoks (que hay a quien le disgustó por verlo como la excusa de marketing y merchandising facilón para público muy joven). 

 

 

Las decisiones que llevaron al desastre

 

Por lo que, ¿qué debió pensar Abrams?: "No vamos a pensar en nuevas ideas y como sí hizo Lucas en los episodios I, II y III". Ese es sin duda uno de los peores propósitos para una película de fantasía, y ya no digamos para una historia de Star Wars que está por contarse y que no tiene más límite que el de garantizar para siempre el llenado de las salas. "Vamos a hacer un remake, pero intentaremos ocultar que es un remake usando antiguos personajes de la película, a ver si así, de paso, contentamos a los fans que quieren seguir viendo a los personajes de antes, independientemente de lo que digan, lo que hagan y cómo actúen".

 

Sin duda alguna, esta es una ocurrencia muy propia de personajes como J.J. Binks, digo, J.J. Abrams. Un conglomerado de despropósitos con la guinda final de contentar a los fans, como si el director no tuviese la más mínima intención de hacer algo por él mismo si no es perder a los espectadores, pero esta vez por el espacio. No voy a decir que no se ahorró trabajo y que los espectadores no acudirían en masa una y otra vez. El negocio era redondo. Daba igual lo que ofreciera. Esa película iba a arrasar en la taquilla gracias al público de siempre y a un nuevo público (al respecto de Star Wars) que iba a acudir, aunque fuese solo por saciar la curiosidad. En esto colabora además el hecho de que la exigencia del público en general con las películas de fantasía está en caída libre desde hace unas décadas, (cueste lo que cueste la entrada). Pero es una pena y una decepción irreparable que no se hayan arriesgado con algo de una mínima calidad y originalidad con la cual habría absoluta garantía de éxito igualmente, aún en el caso de que el experimento saliese mal.

Probablemente, las decisiones que se tomaron en el Episodio VII tendrán repercusiones en cualquier nueva entrega de Star Wars (dentro de lo que son las películas de la saga, es decir de los episodios numerados), porque pese a que el público ya no sea muy exigente, aún no está vacío por completo de criterio. Aunque hasta ahí quieren llevarnos, dado que quitarle el criterio al espectador le hará ser consumidor de cualquier cosa sin necesidad de gastar esfuerzo y, en consecuencia, dinero, en atraerle. Es evidente que sacar el mayor beneficio, con la mayor rapidez y con el menor de los esfuerzos, requiere de un vaciado de criterio de los consumidores para que tengan menor capacidad para reconocer la calidad o al menos, el esfuerzo.

 

 

¿Está bien definida la situación en la que se encuentra la galaxia en Episodio VII?

 

Como ya indiqué, un problema importante que seguramente quiso resolver Abrams fue; "Pero a ver, aquí no vamos a cometer el error de cansar al espectador con escenas aburridas que se alarguen en el tiempo, como ocurrió en las precuelas. Así que va a haber acción. Será trepidante. Tampoco les aburriremos con política. Vamos a retomar el espíritu de la IV y qué mejor manera de hacer esto que con un copy and paste rápido y fácil. Así que, de un modo u otro, mostraremos una Galaxia que, 30 años después del episodio VI, sea muy parecida a la del episodio IV, y dado que se necesitaría una película entera solo para explicar cómo se llegó a tal situación, lo dejaremos ahí, en el aire, con una República suficientemente poderosa como para permanecer tan campante hasta el momento en el que el nuevo Imperio la destroza de un simple soplido, cuando le vino a bien hacerlo”. 

Pero claro, no explicar la situación lleva a preguntas no contestadas ni por Han Solo en esos minutos de su monólogo que solo venía a cuento de intentar explicarle al espectador de siempre qué leches había pasado en la galaxia para estar dada la vuelta de nuevo, y al nuevo espectador, quién es Han Solo, al mismo tiempo que le sirve a Han para cambiar de opinión drásticamente y ayudar a esos desconocidos en no se sabe muy bien qué. Abrams quería así quitarse la responsabilidad de mirarle a la cara al espectador y decirle: “- Lo sé, mi cabecita no da con una sola idea que tenga el mínimo sentido aún ni cuando es una copia de un episodio de la propia saga”.

El caso es que para relatar la historia de una NUEVA nueva esperanza, era necesario partir de una galaxia en la que el mal estaba luchando contra el bien. En resumidas cuentas, era una galaxia en la que el mal tenía fuerza, bastante fuerza. Y si consideramos su contundente e indudable derrota en el Retorno del Jedi, eso no tiene sentido alguno, por lo que los republicanos eran en realidad... ¿los nuevos rebeldes? y el mal que había resurgido lo había hecho en..., ¿la nueva orden imperial?, ¿quién es el que resurge o despierta entonces? Da la sensación de que resurge la fuerza en una resistencia como la rebelión y no el lado oscuro en una galaxia dominada por una República, ¿y esos cambios a peor desde el Retorno del Jedi sucedieron en tan solo 30 años tras la derrota del Imperio? Vale, 30 años, hay que tragárselo, porque es lo que dicen, no por otra cosa. Pero ya tenemos un mal trago desde el primer minuto... Así que, independientemente del tiempo pasado, ¿dónde están las 2 horas en las que se habla de cómo el optimismo del "Retorno del Jedi" desemboca en la pésima situación de "El despertar de la fuerza” en la que un general bien posicionado como Han vuelve a ser un absoluto perdido de la vida otra vez solo con contactos rastreros, pero sin Halcón? ¿Qué carajo explicaría lo que le pasó a la supuesta y abandonada chatarra del Halcón que luego se ve que está en perfecto estado y al alcance de cualquier piloto? ¿No da la sensación a cada minuto que pasa que falta un episodio entero que ayude a explicar cómo se van desenvolviendo las cosas en la galaxia para llegar a una situación similar a la de siempre, pero con una República bien establecida, aunque sin casi poder militar, con un pelín de calma?

 

 

 

 

 

Explicar qué les pasó a los antiguos personajes por verse obligado a ponerlos en la pantalla, para luego acabar con ellos.

 

Pero es que hay más problemas. Tras hacer un amago de “explicación” para estudiantes de la LOGSE acerca de qué pasa en la Galaxia, se le viene encima otro problemón: ahora tiene que explicar a los nuevos espectadores qué pasó con los personajes mayores que se vio necesitado a insertar con calzador en la película para, según él, contentar a los fans de toda la vida de Star Wars. ¿Y cómo hacer eso sin que la película pierda velocidad? Pues hete aquí que Abrams tiene un truco, "- Vamos a explicarle explícitamente lo que pasa al espectador con diálogos, y como no hay tiempo, tienen que ser directos y concisos y entre dos para pasar el mal trago lo más rápido posible". Traducido: con diálogos de besugos totalmente antinaturales. Y entonces nos encontramos con la perla de explicación a dos bandas de la parejita Han Solo-Leia diciéndose el uno al otro lo que le ha pasado a cada uno. Pero es que, además, no lo hacen diciéndose cada uno lo que le ha pasado a sí mismo. Se dicen mutuamente lo que le ha pasado al otro, dejando claro que es una mera narración de los sucesos dirigida a quién no lo sabe, que no es ninguno de ellos sino ¡¡¡¡¡los nuevos espectadores de Star Wars!!!!! No he sido testigo en mi vida, (al menos hasta el momento), de un diálogo de besugos más bochornoso que ese, y sucede en una película que se supone que debe expresar epicidad o al menos no mostrar vergüenza ajena. Si os fijáis, la cara de Leia está casi diciendo: “- Sí cariño, ya sé todo eso que me estás diciendo”, y Han le respondería: “- Concho Leia, déjame que te lo repita, que en la sala hay gente menuda a la que hay que mascárselo, o eso cree Abrams...” Alguien dirá; "es cosa del doblaje que es malo. Los diálogos en la versión original están bien." Anda que como me entere de que la versión original también es así... Apuesto por un prejuicio bien fundamentado o pre-postjuicio que sí lo es[1].

Pero vamos a ver, esa escena es tan simple de arreglar como eliminando toda la conversación. Ninguna pareja en una película describe a la otra para gusto del espectador. Es tan, tan, tan demoledoramente forzado, artificial y fuera del sentido común, que hasta en las obras más exageradas de teatro se intenta evitar.

Y es que ni tan siquiera ninguno de los dos le pregunta al otro dónde estuvo para que el otro le responda, sino que hablan sin preguntas. Directamente. Como una mera narrativa venida de la nada, y dejando claro a todo el mundo que ellos ya la conocen de sobra, por lo que queda evidente que en realidad hablan a la cámara, como esperando que a algún espectador tontoleaba le va a importar conocer la razón por la que no se vieron durante tanto tiempo. Son ellos quienes deberían resolver por qué no se vieron hasta ese momento, si es que lo quieren resolver, y eso podría atraer quizá el interés del espectador sobre el tema[2]. El caso es que un actor no debe actuar pensando que hay espectadores a quienes se les tiene que dar ciertas explicaciones en un breve tiempo, pues eso resulta en algo tremendamente ridículo y antinatural. Todavía más ridículo si los involucrados en ese balbuceo son Han Solo y Leia, dos iconos, (guste o no, lo son), del cine de ficción y aventuras. Sin duda alguna, esto está relacionado con el hecho de bajarles el ranking para que los merluzos de los nuevos personajes no queden, en comparación con los anteriores, a la altura del betún. Porque si no, no me lo explico.

 

- Hicimos lo que pudimos... 

- ...

- Ambos tuvimos que afrontarlo a nuestra manera. Yo volví a lo que siempre se

  me dio bien...

- También yo...

 

Yo: - Vomito, ¡vomito!, ¡¡¡¡ vomitoooo!!!!

 

A ver, que si se tiene que hacer (que ya he explicado que con la libertad de elegir una localización en una galaxia entera y del periodo de tiempo que se quiera y con todo el éxito asegurado que iba a tener, habría infinidad posibilidades de posibles historias cientos de miles de veces más interesantes, que una repetición calcada de lo mismo), ¡hay otros modos de contar las cosas! No es necesario contarse mutuamente lo que los involucrados en la conversación saben de sobra. Pero claro, no hay tiempo en una película de 2 horas de contar ligeramente lo que pasó (lo poco que se dedican a contar) de forma más elegante.  

Es como si se pusieran a decir:

 

- Desde que te conozco tú eras más alto que yo.

- Y tu más baja que yo. Por cierto, trae al niño cuando puedas, que es de lo que iba la conversación. Lo otro es solo para que quienes echan en falta una historia que conecte Episodio VI con el VII tengan su resumen de 5 segundos por cortesía de Disney.

 

Dicho sea de paso, Leia tenía más posibilidades de traerse al niño enrabietado-sith-penoso a casa por presentar algún gen Jedi, pero supongo que no estaba tan loca para arriesgarse a ello. Imagino que querría vivir más... Además, tenía que organizar aquel plan sin plan en aquella base de un planeta tan importante que ni tan siquiera tiene nombre ni código de barras, (y que, aunque lo tuviera no tendrían tiempo de mencionar). Hablo del Yabin 2 ese. Además, tenía que ir Han Solo, porque era el que tenía que morir, dado que intuyo que Harrison Ford estaba ansioso por bajarse de aquel circo y ya no aparecer en Episodio VIII "- Hago esta mierda y ya..., y que le den a Indiana Jones 5" supongo que diría. Bueno, cuidado con eso, que a lo mejor Indiana Jones la compra Disney también y la liamos parda.

 

Personalmente, a mí se me caería de vergüenza la cara de Harrison Ford. Os lo digo así de claro: George Clooney tuvo un mejor guion en la encerrona que le hicieron con la grandiosa y espeluznante basura de "Batman y Robin". Bueno vale: ahí me he pasado de frenada.



[1] Al final la vi en versión original y desgraciadamente, acerté una vez más.

[2] Pero claro, eso lleva tiempo, y tenemos que recordar que Abrams no quería extender la película porque el espectador se enteraría de la carencia de calidad y originalidad de su producto.

  



 

Retomando..., que Abrams hasta consigue que se pierda cualquiera que se ponga a criticar su obra...

Habiendo fusionado 5 horas de 2 posibles episodios en uno solo y con una historia mal elegida y poco original, y al ser un remake del episodio IV con antiguos y nuevos personajes que tiene que presentar (incluso a los antiguos), con lo que el espectador se topa es con una galaxia en una situación absolutamente desconcertante desde el primer minuto de película, y empieza a recordar "Lost" y su mal camino... 

Tal vez, intentando parchear las dudas del tipo del DOBLEPNESAR, (¿hay una República Galáctica o son en realidad un grupo de pobres revolucionarios que se resisten malamente a una Nueva Orden que impone, sin papeles, sus leyes por la galaxia?), a Abrams se le ocurre poner en práctica, desde el minuto dos, su plan del desenfreno. La cadena de despropósitos continúa incrementándose cual bola de nieve cayendo por una ladera nevada.

Pero tal vez, el resultado fue todavía más trepidante de lo que pretendía inicialmente, porque resulta que hacer una nueva nueva esperanza introduciendo personajes nuevos que conocen a personajes antiguos y que tienen que ser convencidos de que todo lo que los mitos dicen que pasó son ciertos, (aquí para eso usamos Wikipedia pero en esa galaxia tan lejana, 3 décadas son suficientes como para que el conocimiento histórico se volatilice con o sin Imperio Galáctico), y añadiendo guiños esporádicos, (algunos bien logrados pero que no están en la parodia adecuada), deja solo el tiempo suficiente como para que el encuentro de Leia con Han Solo se solucione con un breve diálogo de besugos sobre la cazadora de este último y poco más (que una vez creí yo que era una pesadilla esporádica y que no estaba en la película. Lo digo en serio) y que mencionen por encima algo sobre su hijo. “¡Ah, pero es que además de haberse cambiado de cazadora, Han tiene un hijo con Leia!, ah, vale... No, era la misma cazadora, ah, vale…”

 

 

Irrelevancia de los personajes

 

La desenfrenada velocidad de la película se ve claramente reflejada tanto en los diálogos de metralleta como en las escenas de acción, es decir; las escenas a secas, porque cuando los personajes no hablan, están en plena acción, y cuando conversan lo hacen también mientras están en plena acción (a no ser que tengan que explicar directamente algo innecesario al espectador porque entonces se toman un ridículo descanso). Digo innecesario porque nadie puede creerse que la galaxia llegó a la situación que nos narran en esos 30 años de lapso, por lo que los diálogos y monólogos de amagos de explicación podrían habérselos ahorrado. Uno se da cuenta de la velocidad de la película y de la irrelevancia de los personajes, a quienes se les da relevancia forzosamente y de forma totalmente artificial, cuando repasamos la película mentalmente y no nos hemos quedado con el nombre de casi ningún personaje que no hubiese aparecido en la saga original, y eso que la mayoría no parecían tener ni apellido, por irrelevantes, claro (no vale ayudarse de los medios de distribución del marketing masivo que sin duda Disney necesita en este caso). Casi da la sensación de que nadie nuevo tiene nombre, y si lo tiene es una sílaba cualquiera que parece haber sido elegida al azar y lo más rápido posible. Había que esforzarse en conseguir dinero lo antes posible, no en que los espectadores pudiesen tener un background de los personajes suficiente como para identificarse con ellos. Eso es aplicable a casi todo personaje nuevo excepto a un robot bien logrado (lo bueno hay que decirlo también). ¿Que los espectadores jóvenes se sienten despojados de toda posible identidad y eso hace que se identifiquen con las marionetas humanas de Episodio VII?  Siento deciros que eso no hace a una película-continuación de una saga de ópera espacial épica, copia calcada de la primera película hecha de la misma saga y comedia de la saga misma en muchos casos, una buena película de fantasía. Pues la calidad de las buenas películas, ya sean de fantasía o no, no depende de si satisface la situación personal de un espectador sin el más mínimo criterio o que ya está contento con unas cuantas y espectaculares luces.

Es tal la urgencia que tiene Abrams por aclarar al espectador quién es un personaje relevante y quién no lo es tanto, que uno de ellos (con un papel similar al de Leia durante los primeros 20 minutos del episodio IV), le pone un nombre a otro más secundario que este acepta con una alegría inusitada, al verse convertido de pronto en “alguien”, al menos desde cierto punto de vista, o bueno, en un Jar Jar Binks sin las ideas claras, pero esta vez con pretensiones de jugar un papel cercano a un personaje principal. Sin embargo, en realidad, con o sin nombre, el stormtrooper que vio la luz parece un personaje tan secundario que si no apareciese en la película no pasaría absolutamente nada malo. Vamos, que cualquier robot dorado tiene un papel fundamental en Star Wars VII en comparación con el indeciso soldado de asalto con dudas existenciales. Y eso hace que me pregunte: ¿Es posible que un soldado de asalto tenga dudas existenciales?, ¿y cuándo aparecen estás dudas?, ¿a las 9 de la noche? ¿Hasta ese momento, todo está bien con los genocidios que apoya?  No, sí. Eso pasa. Bueno, pues si pasa en la realidad es una desgracia que puede ser tema de un documental, o incluso de una película documental, pero aquí está metido con calzador y no tiene ningún interés. Reconozco que ese es un tema serio, pero tratar un tema serio en la comedia infumable de Episodio VII, con intención de que nos lo tomemos en serio es eso: infumable.


Hasta el soldado-héroe renegado sin nombre está alucinado con la pifia de continuación del Retorno del Jedi.

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Y como un niño de dos años que no sabe qué hacer con un piano de cola, a Abrams se le ocurre que a un personaje con un pasado conflictivo bastante bien estructurado para estar en una película de fantasía, con una personalidad bien definida, con una evolución de dicha personalidad, con carisma, con cierta profundidad sentimental, con empatía y usualmente premiado con un guion destacable para una serie de películas de aventuras-ficción de palomitas, solo se le puede matar para que la diferencia entre él e Irvin Kershner, (el director de “El Imperio Contraataca”), no sea tan notoria. Es muy resaltable el hecho de que el shock emocional que puede causar la muerte de Solo en el espectador se desvanezca tan rápidamente, y que el asunto no se use para que se vea cómo le afecta a su amigo Chewaka y a su mujer Leia. Abrams podía aplicar con esa decisión de finiquitar a Han Solo algo de romanticismo y emociones entre personajes no-robotizados o atolondrados, que no nostalgia, haciendo que el espectador vea que los personajes pueden ser personas emotivas con quienes uno podría quizá identificarse en algún momento… Pero no, no hay ni siquiera un funeral final, que era ya la marca de George Lucas, ¿precisamente porque era la marca de George Lucas?, ¿porque querían marcar un sello que el espectador pudiera interpretar como un Disneysello? Aunque fuese por una declaración de independencia, que no de creatividad, se han cargado el motivo para darle un mínimo indispensable de carga sentimental a la película en dónde el propio Abrams se estaba forzando a sí mismo a hacerlo. Es todo tan artificioso que la película da náuseas. Todas las películas buscan dinero, cuánto más fácil mejor, (muy ocasionalmente hay pedazos de arte, con o sin éxito en las taquillas, que llegan a los cines por casualidad), pero es que el problema sucede cuando en cada escena, el mensaje de la película es precisamente ese; “aquí no nos vamos a esforzar por algo que no sea atraer con cebo a fans pardillos o contentar a aquellos espectadores que se sientan tan abandonados y sean tan atolondrados como los personajes del propio episodio que van a ver” (¡que cuando anuncias que va a haber una película de Star Wars después de tanto tiempo, ya están en el cine, idiota/s!) Pero es que da igual si el espectador es nuevo o no lo es, en el mundo de Star Wars. El nuevo espectador pensará “Me presentaste a Han de la nada porque piensas que es un personaje muy importante del pasado que tenía una relación con otro personaje que me presentaste de la nada porque piensas que es un personaje muy relevante del pasado y que es amigo de un ser peludo que me lo presentaste también de la nada porque piensas que es un personaje muy importante del pasado, amigo inseparable de Han. Luego matas a Han y en la película no hay casi señales de dolor en esos otros dos personajes que ratifiquen tus propios presupuestos”. Puede ser que no haya tiempo en medio de una guerra, pero es que después de la batalla, las emociones ya están barridas.

Debido a efectos indirectos del temor a que se note que no sabe dirigir Star Wars, Abrams encontró por casualidad algo con lo que crear un ambiente del que podía extraer calidad muy fácilmente, pero no aprovecha la coyuntura, ¿cómo es eso posible? Parece casi intencionado. Tal vez pensó que tampoco era una buena idea que Leia y Chewie mostrasen demasiada tristeza porque podían caer en la oportunidad de actuar bien, con lo que luego veríamos más claramente que los nuevos personajes de la nueva nueva esperanza, ni tienen buen guion ni saben actuar, en comparación con un wookie…

 

Pero claro, también puede existir una explicación menos rocambolesca, porque recordemos que hacer Star Wars Episodio VII y VIII en una VII corta, (para empeorarlo todo si cabe es la película de Star Wars más corta de todas), no deja tiempo ni a funerales ni a sentimentalismos. Así que tiremos a Han Solo por la borda, (literalmente), para no poder ni recuperar el cuerpo. Los atolondrados quieren acción. Las pausas hay que minimizarlas. Y, sin embargo, al final sobra tiempo para la subida paulatina de una colina, (para dejar claro que es tan alta como el monte del destino), y para la entrega que se alarga en el tiempo hasta aburrir (la cual ni siquiera termina en ese episodio), de una espada de luz a su antiguo portador. Parece como si le preguntaran a Luke: "¿vas a colaborar en retomar Episodio VIII y subir al menos un poquito el listón o el reto lo ves inalcanzable para tus poderes Jedi?"

 

 

Una nueva nueva esperanza, de nuevo…

 

Bueno, a rebobinar (ya dije que esto iba a ser un desorden). Entonces, ¿cómo se hace una nueva nueva esperanza? Pues se necesita un robot con información presuntamente crucial para encontrar algo presuntamente crucial para ganar a la Nueva Orden (Imperio) y así conseguir alcanzar una nueva nueva nueva República, mejor que la nueva nueva República en la que la muchacha (el nuevo Luke con el nuevo look) ya no tiene ni granja en la que trabajar y vive comiendo lo que canjea por las chatarras que consigue en un planeta que parece un Tatooine en crisis económica (si eso es factible), puede que con menos soles pero con la misma fisionomía. También se necesita un nuevo malo (ahora aparentemente menos convencido, pero solo aparentemente), tan poderoso que es capaz de frenar balas bláster pero que es un desastre a la hora de matar a una muy pobre aficionada neófita de la fuerza que ni siquiera ha tenido maestro. Y sí, también se necesita oooooooooooooooooootra estrella de la muerte. A la tercera, y por parte de un nuevo director que aseguraba incesantemente que iba a refrescar Star Wars con sus magníficas ideas, la cosa ya cheira a que están metiéndose con la paciencia del espectador, pero ¡epa! que no se engañe nadie, esta vez es otra cosa, es una estrella de la muerte más grande y construida en un planeta con un ecosistema natural y con un mecanismo distinto de destrucción que hace que te eches las manos a la cabeza, no por posibles incongruencias tecnológicas sino por Deus ex machinas con los que se intenta reparar toda incongruencia del mecanismo de destrucción del artefacto.

Tan jocoso es el detalle de la diferencia de tamaño entre estrellas de la muerte que, queriendo definir diferencias con el Episodio IV, dicen por ahí: "- Otra estrella de la muerte. -Ojalá fuera ese el caso, mayor." Y entonces nos obsequian con la diferencia de tamaños y hasta Han se mete en la comedia basura diciendo una especie de "- De acuerdo, es enorme" con una mueca... Vuelvo a repetir; las parodias de Star Wars pueden estar bien en películas independientes, en aventuras de juegos de rol etc..., pero que aparezcan en el propio eje de los episodios de las películas de Star Wars es muy triste, simplemente por el mero hecho de que hace que el espectador deje de centrarse en la película como una historia que se cuenta a sí misma y no necesita jugar con el espectador. Es que jugar con el espectador en una historia que quiere ofrecer interés al espectador con gracias basadas en la historia ya contada anteriormente es absolutamente contraproducente y un recurso de lo más pobre, que definitivamente es producto de carencia de ingenio del director, y se hace ridículo. Pero claro, el director reconoce que su historia es una mera copia barata, en esfuerzo, rápida y carente de interés, de una película de la saga de la que es su propia continuación, y reconoce también que no tiene nada que ofrecer, por lo que está toda la película intentando despistar a los espectadores con lo que muchos denominan guiños fan-service. No, la escena con la que intenta hacernos ver que una plancha es una nave aterrizando para luego decirnos en un instante “¡Sorpresa, es una plancha!” solo es otro signo de lo poco preparado que está Abrams para hacer entretenimiento con un mínimo de respeto al espectador. Y decir que es que es para niños, es solo una burla a la niñez de muchos niños, de antes y de ahora. Por cierto, ¿niños que ven como una legión de nazis arrasa con una ciudad entera, absolutamente desarmada? A ver si nos aclaramos.

El planeta de la muerte más grande que las dos estrellas de la primera saga es un engendro ideológico que merece un capítulo aparte para analizarlo, independientemente. Ya digo, aunque Star Wars es una historia de fantasía, hay cosas que resultan ya muy difíciles de tragar. Resulta que el planeta puede absorber la energía de un sol para hacerlo desaparecer, pero no ataca así los sistemas solares, no. Supongo que con la excusa de que a veces es necesario destruir unos planetas y otros no, de un mismo sistema solar, el engendro de la muerte debe usar esa energía de un sol cualquiera (daño colateral, lo llamaremos) para canalizar la energía destructiva a los lugares dónde se encuentran los planetas objetivo y desintegrarlos. A ver, ¿de verdad que si el Imperio o la Nueva Orden quiere deshacerse de dos planetas en concreto, tendría piedad por los restantes del mismo sistema solar? Si la Nueva Orden puede tragarse un sol, se tragaría el sol del sistema solar objetivo, y fiesta.

Pero no, a destruir planetas uno por uno. Claro que para ello el engendro debe situarse en otro sistema solar distinto al sistema solar objetivo, y por lo tanto estará a, no sé, ¿a meses-luz de distancia en el mejor de los casos?, y como Abrams es listo dice para sí: "No voy a dejar entender a los fans que hay sistemas solares que se encuentran a menos de 1 día luz el uno del otro, así que voy a hacer que alguien diga de refilón en la película que el disparo lo hacen con tecnología hiperluz". Lo de “de refilón” es muy importante porque el director se encontró con que no tenía tiempo en esa escasa hora y media para llevar a cabo la copia de episodio IV que tenía en mente, con las complicaciones forzosas a las que eso le llevó, consecuencia de que tenía que ser, además, una continuación de la VI. Y claro, el resultado es continuar con el guion forzado. El mismo con el que el público ya había lidiado durante más de media hora en esa ida de olla de Abrams.

 

Un momento, hemos visto una especie de escala real que determina la distancia-tamaño del sol que se traga la no-estrella de la muerte, y hemos visto también que la no-estrella de la muerte presenta una atmósfera de una temperatura inferior a los 6.000 ºC antes y después de tragárselo. Vale.... mmmmh.... fantasía. No mencionaré más que un sutil, ¿qué me estás contando?

 

 

Ni siquiera Han Solo parece saber a dónde va o cuál es su nueva personalidad.

 

Bueno, pues, por lo que parece, un irreconocible Han Solo descubre por..., ¡¿primera vez en su vida!?, y eso que no se separa del wookie ni para mear, que el arma de Chewaka es cojonuda. Menos mal, porque casi muere antes de descubrirlo... Bien, puede suceder, es mejor que no suceda, pero admito que puede suceder. Lo que no puede suceder es que ese mismo Han se niegue a ayudar al nuevo Luke, diciéndole a Chewie que les metiera en una cápsula a los dos nuevos para sacarlos del Halcón, y que luego decida que la mejor decisión es ayudarles, pero no por dinero, sino por..., ¿qué se yo? Es que era un "no, sí, bueno vale, sí”, porque recordemos; no había tiempo, excepto, por lo que parece, para un sermón metido con calzador e impropio de Han Solo, acerca de la fuerza. Sermón, que Abrams se forzó a sí mismo a intercalarlo entre las escenas de acción y las sobreactuaciones de los nuevos actores, porque se le dio por dar a conocer un pasado remoto, de hace 3 décadas de nada, a unos nuevos héroes hambrientos de historias que parecen conocer de sobra. Porque en realidad, Han Solo está hablándoles directamente a los espectadores que no han visto Star Wars nunca, y claro, la actuación queda tan artificiosa que dan arcadas. Es lo que pasa cuando dedicas tiempo a lo que no es relevante para excusar una situación que podía evitarse si Disney hubiese hecho dos películas en vez de una para contar una historia que suena mal hasta a quien no vio nunca Star Wars IV. Yo la llamo "hacerse a sí mismo una trampa argumentativa". Aunque en este caso, el director crea más bien un bucle en espiral de trampas argumentativas...

 

La cosa es que de vez en cuando, Han suelta frasecillas muy curiosas que no sé si son guiños de complacencia con los espectadores, pese a que el guionista sepa que se quedarán disgustados sí o sí, o si los deja caer para que esos espectadores tengan la eterna duda de si esas frases tienen doble sentido, para taladrarles más la cabeza. A esas frasecillas, el espectador debería continuarlas con un "- Ya te digo...”. Insertad la coletilla, ya veréis que bien queda: 

 

- No es así como esperaba que fuera el día- dice Harrison Ford. (Como si se diese cuenta en ese mismo momento de cuál era el guion que le habían escupido para su papel en episodio VII).

-Ni yo, la película- respondo sin palomitas que me alivien el mal trago... (en serio, lo dije en voz alta en la sala porque ya no me podía contener).

Por otra parte, si os fijáis, no dejan al espectador quejarse de la manía que tiene la película de devolverles a Tatooine II, planeta al que finalmente le descubrí nombre: Yaku. Porque... ¡Ya lo hacen ellos!

Es como si hicieras muy mal y rápido los deberes de física, pero como no quieres esforzarte en hacerlos bien, vas y escribes el resultado erróneo junto con una frase que diga que qué manía tengo de equivocarme en los signos. Esto... NO COMENTS.

¿De dónde viene eso? Pues no sé. Tal vez, al ver que había sido un error presentar tantos planetas en Star Wars Episodio II, aquí, con ánimo de simplificar, salen, vuelven, salen y tienden a volver al mismo planeta. Y de este modo, el entorno son una o dos naves y tres planetillas de nada.  

  

 

Los personajes nuevos descubren sorprendidos el pasado de su propia galaxia cuando lo inexplicable para el espectador y no explicado en la película es que la situación presente de la misma es una calcomanía de dicho pasado.

 

Pues hablando del sermón de Han: Así que el poco tiempo que pueden utilizar para dejarnos entrar (que no sumergirnos) en la película con métodos indirectos que despierten el interés del público de forma orgánica, Abrams lo malgasta con historias narradas explícitamente de mitos que da la sensación que nadie conoce y que sí, que la fuerza existe y que también hubo un Imperio y una rebelión. Han lo explica como volviendo él mismo a recordar detalles de su pasado que le llevan a volver a creer que existía la fuerza. Coño, Luke era su amigo, Han está vivo por la fuerza usada por Luke en infinidad de ocasiones. ¿Cómo diablos pueden tratar a la fuerza como un mito en el que el mismo Han vuelve a creer al recordarla en un monólogo sin pies ni cabeza?

No es creíble que Han hubiese casi dejado de creer en la fuerza sino es por un daño cerebral de quitar el hipo durante esos 30 años, que, si fuese por eso, lo que no sería creíble es que eso fuese interesante de exponer o de hacer entender que sucedió, pero es que tampoco es creíble el modo en el que Han vuelve a reafirmarse en su creencia en la fuerza al hablarse a sí mismo de la fuerza. Es como si el personaje no fuese natural, que no viviera como una persona, sino que estuviese controlado por algo ajeno a su persona. Y que poco a poco fuese recordando que su pasado sucedió mientras va hablando de él. Sí; una vez más. La conveniencia de guion. Y si alguien me dice que es que alguien le manejaba mediante la fuerza, pues otra vez, conveniencia de guion.

La escena, como casi todas, es muy forzada. Han Solo no se dirige a la nueva Luke y al atormentado, alegre y rabioso, según le da al guionista, del atolondrado y arrepentido Stormtrooper. Han mira hacia algún lado del Halcón Milenario que nunca había visto para dirigirse a…, efectivamente, ¡¡¡para dirigirse a los nuevos espectadores del primer Star Wars de su vida!!! ¿Puede haber algo tan burdamente buscado y forzado al mismo tiempo en Hollywood? Sí, vale, obviamente puede haberlo... Pero ¿acaso es eso un alivio en una primera película de una nueva trilogía de una obra de entretenimiento que pertenece a una saga de space-óperas con toque romántico que ha marcado de algún modo la historia cinematográfica como Star Wars? Rotundamente y evidentemente; NO.

 

 

Como se puede definir Star Wars y qué es lo que queda de él tras Episodio VII (desde la perspectiva de los episodios).

 

En una buena historia, las cosas van ocurriendo de forma orgánica y el espectador se va enterando poco a poco de lo que le cuentan (aunque sean falsedades y luego descubra la verdad). Pero como en Episodio VII nada está claro por ser poco más que una mala copia en el peor de los contextos, de una película de …, y como Abrams debió tener un mal presentimiento, este se vio a veces obligado a explicar explícitamente ciertas cosas dirigiéndose, además, directamente al público para llevarlo a dónde él necesitaba. Esto solo queda bien en películas como Blade Runner o como American beauty, usando un narrador para introducir un tema o en Star Wars, si se escribe una buena introducción tras las palabras Star y Wars. Que lo hagan los personajes de la propia película hablando con otros personajes de la película indica una incapacidad descomunal del director a la hora de contar historias o a la hora de darlas por buenas. Pero es que, además, la descripción explícita de la situación de la galaxia por parte de los personajes antiguos como Han, no aclaraba cómo fue posible que todo hubiese cambiado sin, al fin y al cabo, haber cambiado absolutamente nada respecto a 4 décadas atrás, exceptuando el atractivo de los personajes y su historia personal, dejando evidente que solo estaba pensada para atraer la atención de los nuevos espectadores, para hacerles una guía rápida del universo Star Wars para doomies con un "mirad, esto es Star Wars, para los que no lo sepáis". Como si un aficionado y primerizo en el ajedrez te dijera cuál es la buena jugada y cuál no la es, y te sentenciase a viva voz y con una sonrisa, un “jaque mate en dos movimientos” antes de que tú le dieses el jaque mate de verdad. Un aficionado de ajedrez normalmente no da consejos, sino que sigue aprendiendo calladito o hablando y dando consejos de cosas que no sean ajedrez. Es decir, que lo de elegir a un fan incondicional de Star Wars sin criterio ni autocrítica fue un error garrafal. Pero tal vez, fue aún peor presentar Star Wars como lo que nunca fue:

 

Star Wars consiste en una serie de episodios con una historia fantástica y bastante épica (bueno, ahora ya no), en modo de space-ópera, en dónde el amor y la justicia intentan con éxito o sin él, combatir un mal que es consecuencia del afán de poder que suele provenir a su vez del desamor, el odio, la frustración, el rencor y/o la envidia, y que narra cómo estas dos fuerzas, al enfrentarse, pueden causar estragos en la historia cultural, sociológica y tecnológica de toda una galaxia fantástica. Pues bien, Star Wars Episodio VII no es ninguna de esas cosas, y al ser la primera película de una trilogía nueva, hace muy difícil que los dos episodios que le sigan puedan serlo alguna vez. Si querían hacer un nuevo Star Wars, no deberían haber presentado y borrado del mapa del interés para el público, en un mismo episodio, a los personajes del Star Wars original, anulándolos y poniéndolos en un nuevo contexto no explicado que huele demasiado (siendo delicado en la expresión) a contexto de Star Wars IV y no a una continuación del VI. Podían decidir olvidarse de esos personajes o seguir con ellos. Es decir, o un nuevo Star Wars o una continuación del Star Wars original. Pero no un nuevo Star Wars con personajes idénticos en aspecto y nombre pero con diferente memoria, actitud y un inconsistente cambio de personalidad mal explicado directamente al público en un acto de cruda vergüenza ajena para ir eliminándolos e introduciendo con calzador nuevos personajes sin historia que sustituirán a los anteriores en el mismo episodio en el que, al no tratarlas mínimamente, o al elegir vidas vacías que a nadie interesa, parece que, o directamente no tienen ni personalidad, ni identidad, ni aptitudes, ni actitudes propias, ni por lo tanto, pretensiones o motivaciones claras, solo dolor pasado sin memoria más allá del dolor. ¿Hay personas así? Evidentemente. ¿Es interesante que protagonicen obras como Oliver Twist? Claro que sí. ¿Es interesante que protagonicen una historia de fantasía y aventura galáctica continuación de Star Wars? Claro que no. En definitiva, Abrams se quedó a medias entre estas dos ideas en una película de una hora y media para contentar a antiguos fans y crear otros nuevos, y todo esto porque en realidad, Abrams es incapaz de contar una historia atractiva y consistente. Es un error de principiante desde el punto de vista creativo, y ya veremos si es un error también desde el punto de vista comercial, porque la cosa no acaba con Episodio VII. El drama es que la agonía continuará, asumo que con menor éxito en taquilla conforme vaya subiendo el número romano.

Que Han Solo se dirija al público diciéndole que la fuerza existe no es en absoluto propio de él. Además, es irreal que ponga cara de sorpresa cuando admite que la fuerza existe. Como si no hubiese caído de la burra hace más de tres décadas. Puede que su personaje hubiese cambiado, puede que hubiese tenido un hijo con Leia, que este hubiese sido atraído por el lado oscuro, y que eso hubiese dejado a Han apesadumbrado. Pero esto no se puede explicar tan explícitamente. Las historias, cuánto más explícitas son, más infantiles son. Y ojo, no hablo exactamente de que no puedan ser destinadas al público infantil. Hablo de que hasta a los niños se les puede y debe tratar sin insultar su inteligencia (ET no era explícito describiendo lo que estaba pasando. El director iba transmitiendo indirectamente lo que iba pasando sin necesidad de narración y así íbamos extrayendo el contenido de la historia. Porque es eso lo que hace un director que sabe mínimamente hacer atractiva una historia). En Episodio VII, cuando los personajes no sobreactuan o copian formas de Episodio IV, van siendo usados por el director como meros narradores a través de un guion deplorable para ahorrar tiempo, dado que era necesario que se presentasen a los nuevos personajes, y que estos se presentasen al público también, mientras se explica la historia de un nuevo Episodio IV. Historia que, por cierto, Abrams la pasa de puntillas porque sabe que la mayoría de los espectadores ya sabe de qué va el episodio IV, lo hubieran visto o no.  Es decir, si querían hacer una copia de Episodio IV, que ya digo que es una mala idea, necesitaban del Episodio VI y medio, y aunque fuese una copia, necesitaban desarrollarla, no decir; "bah, eso ya no lo filmo porque la gente ya vio Episodio IV, así que lo dejo como obvio, me ahorro unos minutos y pongo acción trepidante para que la gente olvide que no estoy creando nada ni haciendo el más mínimo esfuerzo por integrar al espectador en la historia". Este es el caso del maravilloso plan que tuvo Han para atravesar el escudo. Un plan que no lo explica porque prevén que sería aburrido y que lo dan a conocer cuando lo ejecuta. Es incomprensible. Es precisamente en esas circunstancias dónde la película pide que alguien sea explícito en la explicación y en la discusión en grupo del plan. Y es cuando Han lo ejecuta cuando se entiende que no lo explicase, porque es un plan horrible, de suicidio declarado y en base a unos perceptos que Abrams se sacó de la manga porque le venía bien. Recordemos el cuidado que tenía Han en los episodios originales (que son los que postulan el Universo Star Wars), al usar el hiperespacio calculando con precisión el trayecto para no acabar atravesando un astro cualquiera. No, es que pasaron unas 3 décadas y… Pues se explica, Abrams, se explica. Se explica en qué leches de galaxia vivimos, porque la galaxia ya está descrita. Si quieres reformarla y hablar de nueva tecnología, se habla de ella de algún modo y no, no explícitamente, sino con calma para que no tengamos la sensación de que quienes van como gallinas sin cabeza en la película, lo hacen porque también su director la perdió, ¿o es que tienen que ser tus fans quienes hagan el esfuerzo de escribir las hipótesis que podrían ser usadas para intentar convencer a quien critica tu obra de que esta no es un mero turullo de un descerebrado? Una película que necesita de eso es eso; un turullo.

Pero insisto, por si no se ha entendido; el problema más grave está en cómo la historia es contada. Star Wars episodio IV se va explicando ella misma conforme pasan las cosas. Pero como Abrams no tiene tiempo, debido a que no quiere que se note que no sabe hacer una buena película, usa a los personajes para explicar cosas al público de un modo por completo artificioso y forzado, narrando historias a otros personajes que, o no quieren oír la historia, o ya la conocen, o tienen un inusitado interés porque otro personaje les cuente lo que el director quiere contar en ese momento al espectador. Eso no es realista desde el punto de vista de la actuación de ningún personaje. Una narración de una historia con el guion de un personaje de la propia historia puede hacerse una vez. Pero si esto es un método recurrente por parte de varios personajes que oyen las historias por oírla, porque saben que solo va dirigida al público, llega a ser cansino, y define la historia en sí misma: conveniencia de guion. Hay que hacer un producto visual y punto. A toda costa, a toda prisa, y, por lo tanto, sin pensar ni lo más mínimo lo que se está haciendo. En episodio IV, Obi Wan Kenobi (Ben) narra también el pasado a Luke en alguna ocasión, pero esto sucede de forma orgánica con el argumento, no son artificiosos copia y pega para salir del paso.

 

Pero bueno, aquí voy a añadir que la cosa es aún peor, pues Episodio VII, aunque sea una copia calcada de cosas del pasado de Star Wars, no lo es de un solo episodio, sino que en realidad es un remix de episodio IV con episodio V, pero sin un Yoda verdadero que entrene a los pánfilos esos, ni un final desalentador pero con atisbos de esperanzas, como ocurre en El Imperio Contraataca. Es como uno de esos cócteles con alcoholes, que al mezclarlos te hacen ir al baño...

La cadena de despropósitos dibuja una pescadilla que se muerde la cola a cada minuto de filme. Y todo eso sucede porque, al intentar ahorrarse la elaboración de una historia, Abrams se ve forzado continuamente a poner parches a su copia. Y una copia parcheada queda al final como lo que es: una indecencia en la que no hay pruebas del mínimo esfuerzo de dirección y guion. Ahora bien, dado que la obra resultó como resultó, cuando quien la orquesta no se esfuerza, Disney le va diciendo; "pues nada chaval, ahora te pones a esforzarte por darle bombo al producto. Y es por ello por lo que en Abrams vemos el trabajo más elaborado de marchante de feria postcagada monumental que nunca habíamos visto antes". Porque su máxima ya es: "nos puede llover lo que sea mientras también nos llueva dinero...”.  

 

Pues como íbamos diciendo, el caso es que, para ayudarles, Han Solo los lleva a un lugar dónde encontrarían a una Yoda de mentira que habla bien pero que no sabe usar la fuerza y que está colada por Chewaka, quien les mostrará la forma de llegar a la República, la cual, por lo que parece, resultó que en sí misma era el propio sistema solar al que Han los llevó... ¿Perdón? Lo siento, esto puede que no lo haya entendido bien, y probablemente tampoco lo entendió Harri, quien creo que ya le trae sin cuidado entender el sentido de las cosas o no entenderlo en ese guion. Pero, de todos modos, si es así, no lo entiendo... Es decir, no entiendo como no lo entiendo. ¿Por qué lo hacen tan retorcido?, para que sea difícil de..., ¿entender? Sinceramente, ¿qué buscan con eso?, ¿marearnos?, ¿cómo a los que soportaron más de 2 capítulos de la serie Perdidos?



En fantasía no todo es posible. Solo lo que la respectiva historia fantástica permite que lo sea. Nada nos indica que los rayos de la Estrella de la Muerte I y II destruyan por energía térmica por lo que no hay razón para preguntarse si una estructura puede generar esos rayos ultradestructores sin que ello suponga su propia destrucción. Algo distinto pasa con la Estrella de la Muerte III. En este caso no existen muchos argumentos para excusar que una estrella entera atraviese la atmósfera de un planeta durante horas sin derretir la nieve del planeta o el planeta entero porque si bien Star Wars, como historia de fantasía genera sus condicionantes de cómo funciona la galaxia, Star Wars deja interpretar a todo espectador que la nieve que aparezca en todo planeta o luna de todos los episodios acaba por derretirse con el aumento de la temperatura. Teniendo en cuenta que la temperatura que pasa a través de la atmosfera del pkaneta es la de un Sol enterito, podríamos intuir que lo que este puede derretir no es la nieve sino la Estrella de la Muerte en sí. Si bien las incongruencias con la lógica básica están también presentes en la extraña gravedad hacia un lado determinado sobre la superficie interna de la babosa espacial Grendel en "El Imperio Contraataca", esto pasó inadvertido como un mero detalle, tal vez causado por la limitación técnica de simular gravedad cero cuando se produjo la película y, sin embargo, una estrella de la muerte III es un elemento de tal relevancia que las ocurrencias de su funcionamiento no quedan desapercibidas. Sea como sea, aún así, en comparación con la dejadez del trabajo en Episodio VII a todos los demás niveles, también puede admitirse que esto solo es un simple desesperante detalle y ya mencioné que este tipo de detalles de la física los voy a tocar lo menos posible.


Un aspirante a lo que antes se le denominaba Sith se quita el casco cuando lo ve oportuno y se lo pone cuando quiere demostrar su adoración fanática a Darth Vader como un buen fanboy. Un atraído por el lado oscuro por fanboy... Aunque tenga moraleja, la cosa no deja de ser patética y deja a la tonta excusa de Anakin para convertirse al lado oscuro en los episodios II y III en muy buen lugar. Pero Kylo, que tu padre nació bueno y acabó bueno. Que tu padre representa como la bondad se puede recuperar. El legado de Vader es el mensaje de que su maldad nunca debió haberle sucedido y que la galaxia debió haberse ahorrado el sufrimiento que él ocasionó al dejar de ser él por haber sido contaminado por el miedo y el odio. ¿Adoras el casco deformado de Darth Vader y le pides que te den valor para no sucumbir a la bondad a alguien que ha abrazado definitivamente la bondad universal liberando a la galaxia de lo que la aqueja; el emperador? Estás tan descabezado como Abrams…

Fuente: https://scifi.stackexchange.com/questions/112023/how-does-this-photo-of-kylo-ren-fit-into-the-force-awakens


 
 

Luke Skywalker se esconde para que nadie le encuentre, pero sin usar su talento, pues cuando de pronto, todo el mundo quiere encontrarle, solo tiene que encontrar mapas que alguien (el mismo Luke, pero no lo quieren decir porque resultaría patético incidir en ello) dejó por ahí.

 

Abrams parece que deja la galaxia en manos de un desaparecido Skywalker al que todos quieren volver a ver. Parece que Skywalker es el único que puede matar al hijo de Han Solo y a cualquier otro, sino ¿por qué la intención de buscarlo a la desesperada desde el primer minuto? Pero ¿no era que había dado clases en la Academia Jedi a otros padawans más jóvenes y, por lo tanto, con mayor vitalidad? Él era ya tan mayor como lo era Obi Wan, ¿no sería mejor buscar otros jedis para tal tarea? Por ejemplo, podrían buscar un jedi que no se hubiese escondido para que nadie le encuentre dejando un trozo de mapa en un droide que si se junta con el mapa global de un R2D2 que solo despertará cuando se necesite, se puede saber dónde está. ¿Pero qué coj…? ¿O lo que pasa es que todos los jedis fueron de nuevo eliminados de forma más concienzuda que en el Episodio III?

 

Pero bueno, hay que decir que puede que Hamill hubiese hecho el mejor papel de todos los actores en Episodio VII al quedar virgen del espeluznante guion que todo lo arrasó. Porque…, no dice ni una palabra. Solo se quita la capucha y ya. Bien, Hamill, bien por ti. En serio. El problema es que la de Luke es la única escena lo suficientemente lenta como para que ya puedas empezar a meterte en la película, pero... oh, decepción, resulta que es el final... Tal vez, la escena de Luke sea lenta porque Abrams se dio tanta prisa durante toda la película, que al final de todo se dio cuenta de que le sobraban dos minutos enteros y se volvió loco con tanto tiempo en sus manos para crear su propia idea. Entonces dijo, "nah, que lo rodee un dron y que su ¿no-hija? le ceda la espada", y ahí se quedaron, no se sabe muy bien a día de hoy si en esa escena intervienen actores o figuras de cera. Dado el coste por segundo que pediría Hamill, yo hubiera escogido el muñeco de cera. También puede ser que la única idea original de Abrams hubiese sido esa entrega de la espada de luz como una metáfora de una nueva generación buscando ayuda en la anterior para que esta resuelva problemas que vienen del pasado. Tiene contenido y es un poco novedoso, aunque cheira a un Luke que le dice a un Obi Wan, que él no puede hacerlo. Vaya, no. Retiro lo dicho. En realidad, sigue siendo una copia del mismo episodio IV pero un poquito modificada. Bueno, pero al menos puedo admitir que la escena está bien mostrada, y admito que si lo hizo con esa intención es una escena pasable si la comparamos con cualquier otra del episodio. Pero todo lo anterior fue construido solo para llegar a esa escena en el menor tiempo posible (una hora y media), y es como hacer una bonita y resistente teja sin preocuparse de que la casa se pueda tener en pie por más de un segundo.

 

 

 

 

 

Olvidándose del sentido contextual de los episodios que Abrams intenta continuar

 

Por cierto, si atravesar un escudo era cuestión de salir del hiperespacio en el momento oportuno, ¿deciden no ser suicidas en cuanto a la hiperluz en El Retorno del Jedi para no acabar la peli en media horita de nada? ¿o Han Solo decide ser suicida en el episodio VII porque ya estaba ansioso por liberarse de la carga del contrato? ¿O era porque entonces, Abrams tendría que pensar en desarrollar algo por su cuenta y original pero sin destrozar los perceptos del universo de Star Wars, en su propia película, y no estaba por la labor? Habrá que elegir la respuesta más simple porque será la más probable. De todos modos, cualquiera de ellas implica que Abrams es un desastre como director de secuelas.

 


En la primera imagen aparecen los actores de los nuevos personajes principales de la película en un acto de presentación del episodio como embajadores de Star Wars más que cómo actores, junto a Harrison Ford. Como si, y lo triste es que puede que ahora ya sí, Star Wars necesitara de embajadores para algo... Las siguientes imágenes representan el bombardeo incesante de publicidad con el que consiguieron que muchos sobrevaloráramos la película (me incluyo) antes de verla.

Fuente: https://twitter.com/starwars?lang=es




De todos modos, si así es, es una estrategia algo arriesgada, pues hasta ahora hemos sido testigos de que toda burbuja especulativa acaba finalmente por desinflarse o reventar.


La imaginación ya no existe ni en las escenas y si conluís como yo que lo de Star Wars se convirtió en una broma de mal gusto, a lo mejor os entretendrá mucho más esto que la película de Episodio VII en sí misma:

https://www.youtube.com/watch?annotation_id=annotation_1469579557&feature=iv&src_vid=qmIJ6MdKqaE&v=e32tZ6RGzcw




Bien, esto fue escrito antes del episodio VIII, pero, esta frase la añado después de verla y confirmar que evidentemente, todo tenía que ir a peor: http://drarnau.blogspot.com.es/2017/12/star-wars-episodio-viii-eramos-pocos-y.html