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miércoles, 13 de agosto de 2014

Anselmo y la fascinacion de los medios por el ahora.


Pese a que el cambio climático producido por la actividad humana es un hecho, también lo es el cambio climático producido por eventos no dependientes de la actividad humana, y la interacción entre ambos factores da como resultado que es muy difícil, sino imposible, predecir qué pasará concretamente en la Tierra al respecto, al margen de que la temperatura media de la bioesfera terrestre aumente, y eso solo en un principio.

Lo que es obvio, es que los cambios climáticos, pese a no ser repentinos, producen extinciones masivas, un hecho constatado mediante el registro fósil y el registro de la concentración de gases realizado en el hielo de los polos correspondiente a épocas pasadas. Esto ocurre simplemente porque no todas las especies han evolucionado a una adaptabilidad eficaz a cambios de temperatura, o son menos eficaces, en cuanto a eficacia biológica, que otras especies a esas nuevas temperaturas y estas otras acaban desplazando por predación, parasitismo o por competencia de recursos a las anteriores al reproducirse con mayor éxito que estas.

Cuando aquí hablo de épocas, me refiero a decenas de miles de años, como poco. Y esto está relacionado con lo que aquí trataré. Los cambios en la concentración de gases en la atmósfera durante los últimos 50 años son realmente considerables y obviamente esto repercute en el efecto invernadero y en el incremento de la temperatura media global atmosférica y en aguas poco profundas. Ahora bien, un día de verano de 45 ºC en el norte de Alemania no se puede achacar a la ligera al cambio climático, sino es por hacer la gracia en el ascensor de tu propio edificio. Un día es un día. Y solo es representativo si ese día, una nave extraterrestre aterriza enfrente del Capitolio o del Parlamento Europeo, o del Kremlin o en Bagdad etc o..., o si ese día, en el Norte de Alemania se alcanza una temperatura de 95 ºC (centígrados, no farenheit) a la sombra o algo similar sin incendio alguno.
No obstante, las noticias y los mayores de 80 años elegidos para las entrevistas, no suelen entender ni de decenas de miles de años ni de muestras representativas al respecto del tema a tratar y entonces pasa lo que pasa.
Hay una ola de calor en Europa, y los telediarios inician el entretenimiento del día con el cambio climático y con dramatismos que cotizan en bolsa. Pero cuando no hay muertes por calor o inundaciones o huracanes a nivel continental, lo buscan en otro continente y si un día no suceden más, pasan a las innumerables muertes de trafico que son una desgracia humana diaria, o sino, si  no revienta una central nuclear que de por si, su abundancia en el mundo debería ser una noticia de comunicación reiterada, entonces buscan un riachuelo del pueblo de Villarribadelohermoso cuyos habitantes no son menores de 50 años pero tampoco mayores de 2.000 y preguntan si hubo alguna subida del nivel del agua estos últimos meses, para después ir a hablar con uno de estos habitantes y así constatar si vió o no el río crecer tanto en su vida. (Es más mediático cuando pueden poner imágenes en directo de una microinndacion anegando un huerto situado en medio del lecho del río en cuestión).

El caso es que a las noticias no les importa que en ese año se haya construido veinte viviendas al lado del riachuelo y que las crecidas por deshielo de las montañas en primavera estén de golpe afectando a habitantes sorprendidos por ser afectados por el río, dentro del cual, de pronto fueron a vivir. O si la presa de allá arriba se le dió por aligerar más agua de la cuenta sin avisar. Y pese a que ninguna de esas cosas haya sucedido, dan a entender (porque si no no se explicaría el interrogatorio casi abusivo a Don Anselmo) que es el cambio climático provocado por la actividad humana, el que sin ninguna duda científica, pero sin mostrar ninguna evidencia científica, está provocando que el nivel del agua del riachuelo de Villarribadelohermoso esté subiendo como nunca el anciano menor de 2.000 años, Don Anselmo, ha visto.
Entre estos datos tan fascinantes con imágenes explícitas y la incertidumbre absoluta (reconocida por la ciencia) de los expertos que intentan predecir (porque las noticias se lo exigen) si va a llover a las 7:34 en Villabajodelohermoso o no (porque para eso hemos lanzado nuestro satelite de lluvias), muchos españolistos o no tanto, se aferran a la credibilidad de la prueba empírica de un día determinado para juzgar tendencias a lo largo de, como mínimo, decenas de miles de años, para constatar, que efectivamente algo ha cambiado. Desde luego, ha cambiado para Anselmo, que con ganas de hablar proporciona a la televisión más adverbios y adjetivos que datos. Que es precisamente lo que la televisión cree que gusta al espectador, o lo que puede poner en pantalla para ahorrarse hablar de cosas trascendentes que por tabú, solo se leen en twitter…

Dado que la desinformación global está de moda (porque la verdad no cotiza en bolsa) en un mundo que presenta cada vez más medios para estar de sobra bien informado, y dado que la sociedad que puede acceder a dichos medios vive con otras preocupaciones o demasiado cómoda para molestarse en acceder a dichos medios sino es por puro entretenimiento, la población en general dice interesarle la ciencia o los documentales de la 2. Pero siguen pensando que los países ricos gastan (que no invierten) mucho en ciencia porque pueden y les sobra el dinero, y siguen pensando que no hay país que haya conseguido con un largo e intenso esfuerzo, un estatus alto de riqueza, responsabilidad civica y democrática debido a su contínuo incremento en su inversion en ciencia.  
Y bueno. Otra de las características españolas que explican que así estamos, las cuales se deben al mismo tiempo a que estamos así...